sábado, 14 de septiembre de 2013

El Mundo del Equilibrio 2 - Capitulo 21 - El Profeta y el Vampiro

El Mundo del Equilibrio 2

 Capitulo 20



El Profeta y el Vampiro

-        -  Ahora mis hermanos  que se han reunido todos a escuchar la palabra del señor, ¡sí! Puedo ver sus angustias, sus dolores pero hoy una vez más he venido a darles el consuelo que nuestro padre promete para todos nosotros, todos acá estamos reunidos para sentir su divino poder en esta iglesia que levantamos con nuestro sudor y sangre. Alábenlo pues este es el único camino para llegar al cielo

-         - Alabado seas mi señor- gritaban todos de alegría.


En ese justo momento un hombre entro a aquella congregación caminando muy sutilmente para nadie notara su presencia y se quedó observante, y a la vez escuchando las palabras del profeta que anunciaba la gloria de su dios.

-          - Hermanos míos el mundo llegara a su fin pero todos ustedes se salvaran conmigo pues yo les vengo una vez más a traer su palabra.
-           
Ahora aquel visitante empezó a sonreír disimuladamente pero seguía mirando fijamente al predicador, hasta que empezó a acercarse lentamente  al profeta.

-          -Puedo sentir al diablo caminar entre nosotros. dijo mientras notaba que a lo lejos aquel hombre de apariencia inquietante se acercaba a él.


-           -Puedo sentir como los ha manipulado para cometer pecados.


-          -¿de qué pecados habláis? Pregunto el visitante sonriendo


-          -¡pecados de la carne!


Pero al decir esto empezó a recordar aquellos instantes en que le había sido infiel a su esposa;  Recordó cuando buscaba prostitutas y todas aquellas blasfemias que les decía mientras mantenían relaciones.

-Sé que todos dicen calumnias contra su prójimo.

Ahora el predicador recordó  todas las veces que le contaba los secretos de sus seguidores a otros predicadores para poder estafarles.

-          -¡el diablo está caminando en este sitio llenándome de dolor!

-          -¿Qué dolor? Dijo nuevamente el visitante

- el dolor que cada uno de ustedes siente al aceptar sus pecados.

- ¿estáis seguro que son los pecados te vuestra gente… o son los vuestros?

- ¿Quién eres tú que has venido a traer semejantes mentiras delante de mi rebaño?

-no necesito presentación pues vos ya me conocéis.

El Maestro vampiro se acercó más y más al estrado dejando ver su larga cabellera y sus milenarios colmillos, caminaba con el estirpe digno de toda deidad.

-otra vez tu… ¡Demonio! Hermanos míos de este hombre les he hablado, el con solo susurrarte una palabra en el oído podría hacerte vivir un infierno, el con su mirada podría hacerte matar  a tus semejantes…. ¡Es el demonio!

- jajajaja mi autoestima no es tan alta ahora callaos la maldita boca, aquí el que habla soy yo.

Siguió acercándose al estrado y cuando estaba a pocos pasos el profeta saco un arma de fuego.

-No permitiré que me controles de nuevo. Dijo al disparar un par de vece pero las balas le atravesaron como si él fuera una niebla pero las balas le llegaron a la pierna de un anciano.

El Maestro vampiro volteo viéndola sangre que corría formando un charco de sangre, todos empezaron a gritar pero no se podían levantar de sus asientos, los ojos del vampiro brillaban con el mismo color  de un eclipse lunar, la sangre hacia que su corazón latiera rápidamente y sus colmillos dominaron su mente. Él se acercó al hombre que gritaba al ver que su sangre se esparcía por todos lados, más  el Maestro Vampiro solo humedeció su dedo índice para lamerla y probar la sangre.
-          ¡Ahora veis que este es el demonio, solo un demonio vive de la sangre humana!

-         - ¡Callaos! Mi sed de sangre no os incube ni a ti ni a nadie pues no entenderían mis razones.


El ignoro la sangre y se dedicó a llegar al estrado, al momento en que ya tenía al profeta frente a el sonrió al ver que este hombre se orinaba del miedo.

-          -¿Por qué los de vuestra clase son tan patéticos?

-          -¡Hice lo que me pediste que hiciera!



-          - os dije parte de la vedad para que los tuyos se prepararan, si yo fuera todo lo que vos decís que soy no me hubiese tomado la molestia de advertiros, mas ¿Qué hiciste? Solo usar parte de la verdad como la gran mayoría de los tuyos lo han hecho,¡ tú no eres diferente de aquellos  que se sientan en tronos de oro y visten diamantes!


Todos lo que escuchaban estaban perplejos, indignados y hablando entre ellos mismos.

-Os dije… ¡Callaos de una puta vez!

Todos se asustaron al sentir su solemne vos, sabían que ese tono no lo podría crear un ser humanos, algunos miraban en todas direcciones queriendo escapar mas no podían huir
.
-          - Ninguno de vosotros   sabéis la verdad y no esperéis que mi persona os la diga. ¡solo sois unos malditos hipócritas! Solo vivís vuestra vida como si fueran uno deseos aparatos electrónicos que guardan en sus bolsillos, ¡esperan el maldito perdón pero no buscan merecerlo! Solo le creen a charlatanes como este esperando una salvación, solo por pertenecer a una religión !pero eso no los salvara! Dejen de tener falsas ilusiones y expectativas de un mundo al que ni conocen y se dirán ¿Quién es este hombre? Pues yo soy aquel que se supone encarga de protegeros, vine a ver si en alguna circunstancia veía hombres y mujeres preparados para morir por sus creencias ¡y no veo a ninguno! Simplemente esperando que otros lo hagan, ¡no le crean a charlatanes como este! Y por esta razón vosotros estáis condenados pues… ustedes mismos destruirán su civilización, así como siempre lo han hecho en pasadas oportunidades.

Inmediatamente las personas pudieron levantarse y salieron  de la iglesia desesperados mientras el profeta caía  al suelo llorando y de rodillas ante el Maestro.

-          -Todos seguid decepcionándome- comento cerrando sus ojos


-          -¡Pensé que hacia lo correcto! Decía el profeta sollozando agarrando las piernas del maestro.


-Si queréis… llámame Uriel, ese es mi verdadero nombre. Aunque me fallaste y por eso ya no necesitareis saber mi nombre; por esto tuve que destruir mi templo para cerrar una de las nueve puertas al mundo donde no queda esperanza, quería tener a un  puñado de personas  dispuestas a dar su vida por mantener las otras  ocho cerradas ya que solo los humanos pueden hacerlo, mas como les dije a aquellos a quien chantajeabas, ustedes mismos se destruirán.

Mientras Uriel Salía de la iglesia el pastor se quedó llorando en el suelo y para que no sufriera más Uriel le prendió fuego, el pastor lloraba y con su propio cuerpo envuelto en llamas fue quemando toda su iglesia, desde el altar, las cortinas, las sillas de madera, todo se fue consumiendo.


-humanos… sois patéticos dijo al alejarse de la iglesia consumida en llamas

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