viernes, 1 de noviembre de 2013

El mundo del Equilibrio 2 - Capitulo 23 - ¿traidor?

Capitulo 23

¿traidor?

¿Cómo poder negarme ante un ser que con solo susurrar unas simples palabras podría convencerte de quitarte la vida? ¿Cómo poder negarme a esa mente que con solo desearlo podría desintegrar todo el esplendor de una galaxia en movimiento? No podía negarme ante su extraña y misericordiosa voz y si…. me pregunto ¿Por qué pienso en su misericordia cuando tan solo quiere ganar esta ya infinita y absurda guerra? tal vez sea misericordioso porque me perdono la vida, aunque le maldije y le escupí la cara solo mostró sus endemoniados colmillos y sus infernales ojos dignos de una deidad de su estirpe.

¿Traicionar todo por lo que luche? ¿Dejar que esa oscura semilla de maldad que está  enterrada y es fertilizada por toda mi arrogancia germine en mi corazón? Ojala pudiera negarme y aunque ni siquiera tengo el filo de su omnipotente espada cerca de mi cuello nunca podría oponerme a sus deseos y  su deseo es que yo le mostrara el camino hacia los 9 portales, camino que aunque ha pasado por innumerables almas solo el portador del nombre… Dumahel sabe como salir puesto que solo con mi permiso un alma puede salir de este plano; ese fue el designio que me otorgo ese convenio que las deidades firmaron con sus sagradas sangres.

Así me tienes, estamos yo, loas caídos y  esa deidad que nunca borra su maléfica sonrisa de su rostro, esa deidad de armadura más blanca que el algodón y sí, yo mismo me decidí a abrir la puerta principal, yo mismo me deshonrare y quisiera que todos  aquellos que murieron en esta batalla me perdonen, ¡si pudieran ver mis lágrimas fluir como ríos en el momento en que abandone mi nombre!; era el momento de dejar de ser Dumahel pues les he fallado ¡le he fallado a todos mis ancestros! Por eso jamás volveré a usar este nombre.

-¿Por qué pensáis que dejareis de ser Dumahel?- pregunto la deidad mientras veía a su prisionero ofrecer su sangre… la única llave que permite  abrir los 9 portales.

-¡cállate maldito enfermo! ¿Qué más puedo hacer? Si yo no la abro yo sé que tú mismo usaras mi sangre para abrir la puerta.

-¡así como lo he hecho desde tiempos inmemoriales!- exclamo riendo con esa perturbadora risa

No tengo opción pero aún estoy dudando ¿Qué me asegura que una vez abierta la puerta no me matara? Pues no me deshonrare tan fácilmente.

Decidí usar una de mis dagas y cortarme las muñecas dejando que la sangre se esparciera por todo el portal y así como desde hace eones de tiempo esta expulsaba llantos, gritos, risas y todas las blasfemias que un hombre pueda conocer en lo más profundo de su mente y así, el principal camino suavemente extendiendo su brazo izquierdo, mientras más se acercaba su sonrisa crecía y crecía distorsionando su rostro, sus ojos mostraban más y más su sed de sangre,  hasta que toco el cristal del que estaba hecha,  así todos sus caídos mayores se dejaron cubrir por ese cristal rojizo de las otras puertas mientras Dumahel veía  con gruesas lagrimas brotando de sus ojos el instante en que había traicionado a los que más amaba pero, aferro su puño y se lanzó hacia la puerta principal donde entro el principal, ahora que veía todas las pruebas por las que todo ser mortal entraba para dejar de ser una insignificante alma más, ahora empezaba a respirar ese aroma alejado de la hediondez de la sangre, aroma  que solo existía en lo más profundo de sus memorias.

-Vuestro odio ganara, ¡veréis  el renacer de nuestra nueva era!, y aquí estas voz… el que traiciono  a los suyos por la misma razón de la cual no murió hace siglos; no creería que alguien que le tenga tanto miedo a la muerte pueda cargar vuestro  nombre, pues por vuestro absurdo miedo a una de las leyes más profundas que creamos, por ese miedo a la muerte los que en un tiempo eran como voz… todos moriréis.

-¡No! Maldita escoria solo viví para demostrarte como este cobarde se sacrificó por todos aquellos a los que traiciono.

Dumahel apenas podía levantarse pero lo hizo frente a la puerta principal y con lo que le quedaba de energía blandió su quebrada espada contra el cristal, una y otra vez blandió resquebrajando cada parte mientras el principal veía con calma levantando levemente sus brazos dando la orden de no moverse.

-ahora es más divertido para mi humano, jamás me había divertido tanto en toda mi infinita existencia, ¡vamos! Mostradme  todo ese odio, ¡destruye las puertas! Anda ¡tú puedes! Ahora la oscuridad está ganándote la guerra y esa es mi única intención.

-ya no queda ningún plano a donde escapar, el plano de la luz esta destruido, la única entrada al plano donde no queda ninguna esperanza ha desaparecido y de esta forma… no puedes destruir este universo… ¡te he ganado maldito hipócrita!.

Por un momento el principal dejo de sonreír y camino hacia Dumahel y este cayó al suelo al sentir la creciente furia de una deidad, furia que hacía que el aire perdiera el oxígeno y lo hacía más denso al respirar.

-no tengo ninguna intención de destruir este universo… no…

Ahora que el principal acercaba su rostro al de Dumahel este rugió con la fuerza de  un  león y respiraba el aroma que expulsaba la piel de Dumahel.

-Huelo Miedo… seguís  siendo el mismo cobarde de siempre, ¿crees que habéis ganado esta vez? ¿sabéis que?  Ya ha pasado antes, antes tus ancestros habían jugado de mil formas pero siempre ocurría  el mismo resultado ¿y sabéis algo? Me agrada, hacéis que este juego sea más entretenido.

Dumahel sudaba al sentir esos ojos que despiden terror y destrucción pasearse  por su cara, sus lágrimas volvían a salir ya que se sentía como una liebre frente a un león a punto de devorárselo mas esta deidad se alejó rápidamente y camino por los antiguos pasillos y mientras él y sus caídos mayores salían, el fuego que despedían las antorchas se extinguía, la luz desparecía con cada paso que ellos daban y antes de salir el principal susurro una palabras.

“anda y cumple con tu destino traidor”

El antiguo Dumahel se quedó sentado, sollozando como un bebe sintiendo esa angustia que producía ese antiguo y común  sentimiento de traición ¿qué más pudo hacer? Eso se preguntaba una y otra vez al momento en que sus pensamientos se hacían versos en su boca. Solo quedaba una opción y es… ver como gracias a su ridículo miedo a la muerte este mundo desparecería; camino por aquellos  pasillos por los que cruzo hace innumerables años hasta que llego a la puerta logrando  escuchar ese susurro que le dedico el principal.

“anda y cumple con tu destino traidor”

Él se asustó al sentir ese timbre de voz viniendo desde el aire y cuando por fin abrió la puerta principal , mientras esta crujía veía a Uriel el maestro Vampiro sentado a lo lejos bebiendo una copa de sangre y al lado suyo una joven señorita gimiendo de placer.  Cuando Dumahel camino lo suficiente para escuchar al maestro este solo dijo


“el traidor que cumplirá su destino”

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