miércoles, 20 de febrero de 2013

El mundo del equilibrio 2 Capitulo 12 - Ojos rojos


El mundo del equilibrio 2

Capítulo 12

Ojos rojos

Miguel sin vacilar respondió al llamado de auxilio y salto al vacío, voló lo más rápido que pudo sintiendo las lágrimas de Amy en su rostro mientras volaba con espeluznante velocidad, el coro celestial se transmutaba en el coro más diabólico imaginable para la mente humana,  sus alas se extendieron como luz buscando agarrar su mano fallando  varias veces  mientras Amy gritaba pero ya era demasiado tarde,  él se detuvo en el instante cuando ella paso la delicada barrera entre el plano de la luz y aquel mundo de horrores indescriptibles, de sus ojos salieron sinceras lagrimas pues ni el mismo sabe las consecuencias de lo que pasara ahora en adelante.

Las hordas del mundo de la desesperación dejaron de marchar al ver una bola de fuego que venia del cielo, era solo una gota de luz que caía como un cometa, todos tenían sus lanzas apuntando al cielo, Uno de los Caídos se cruzó de brazos y miro con macabra sonrisa esperando la maravillosa ocasión de ver como un ángel caía, pues esa era la costumbre, hasta que su rostro cambio sutilmente al darse cuenta de que no era un ángel en pena… no sabía que algo mucho más siniestro pasaría, sentía que el equilibrio de los planos se debilitaba, he inmediatamente Ordeno a un caído menor irse a los palacios del principal, pues el convenio de las deidades estaba roto.

-¡si no queréis  irte a la fosa del olvido mejor ve lo más rápido que puedas y dadle mi espada al principal!- Grito

-mi señor ¿sabéis lo que esto significa?- dijo con miedo

-¡maldita sea! Dadle  esto ¡ya! El apenas está dudando de que hacer y si no os entregáis esta espada ¡no podrá liberar los 3 sellos!- exclamó mostrando sus colmillos

Después  volvió a quedarse viendo esta extraña aparición que bajaba del cielo, sonrió sutilmente con sus ojos amarillos, apretó un puño  y lo alzo al aire, automáticamente las hordas gritaban más canciones de guerra, la misma canción que el principal les enseño a cada uno a la espera de que el gran día llegase.

Amy no quería abrir sus ojos pues sentía el fuego que parcialmente la quemaba, su capa era devorada lentamente, su armadura se agrietaba más y más con cada segundo, pero en su corazón nacía  un poder malévolo y  una compasión celestial al mismo tiempo, sus puños los cerro con fuerza mostrando furia, sus ojos pasaron de negros a rojos lentamente luego, su mirada compasiva ahora pasaba a la de un ser sin sentimientos, ahora no solo caía sino daba vueltas sobre su propio eje, con cada vuelta algo nació de su espalda, con cada vuelta su aura crecía poco a poco confundiéndose con el fuego que la cubría, a esa altura podía ver las lanzas apuntándole esperando su impactar contra ellos, desenvaino su espada apuntándoles.

Las legiones cantaban aquella canción dirigidos por Astaroth,  su sutil risa pasaba a gruesas carcajadas al observar que esa entidad se acercaba, podía verla a ella desenvainar su espada y sacar… si… el sabía que era pero le daba placer ver que apenas estaba entre la luz y la oscuridad.

-¡allá malditos… allá esta la prueba que el traidor ese que nos abandonó en el interminable vacío que el principal lleno con su odio convirtiendo de oscuridad a todo lo que veis, sentís , oíd  y clamáis! Os invito a destruidle si es que pueden... ¡ella os matara! Si…  ella combatirá las infinitas hordas y moriréis cientos, miles, millones y trillones de vosotros pero con cada gota que caiga... ¡Sí! Con cada gota que derraméis  entre sus dedos, esta será como nosotros y cuando eso pase, ¡yo! Yo mismo clavare su cortada cabeza como el trofeo que le llevare al delirante traidor, si ¡el que nos traiciono a todos nosotros!-

Pasaron pocos segundos  hasta que al final ella impacto entre cientos de demonios esparciéndoles en todas direcciones, ella levanto una gran nube de polvo rojo y Astaroth se quedó muy calmado, todos esperaban ver que era lo que caía del plano de la luz, y si, de entre las nubes de rojizo polvo poco a poco se podían ver plumas negras y blancas que brillaban tenuemente,  sus cabellos estaban esparcidos entre su carcomida armadura, su espada estaba desenvainada, aquella que revelaba un divino filo, su rostro mostraba que ya nada le importaba, sus ojos habían perdido esa vida que siempre la caracterizo.

Las huestes corrieron apuntándoles con las lanzas, pero Amy solo  levanto suavemente su mano derecha, en cuanto todos empezaron a atacar aumento su aura como había hecho para destruir un pueblo entero,  así todos los demonios que se le acercaban eran descuartizados y sus miembros seguían y seguían volando en el aire, y poco a poco su rostro su cuerpo y sus alas eran manchadas con sangre.

El Océano de muerte crecía con cada minuto pero el rostro de Amy dejaba de estar tranquilo, ahora su  boca mostraba lentamente una malévola sonrisa, sus rojos ojos brillaban con fuerza y decidió usar su espada, con cada blandir miles de demonios eran cortados a la mitad, ella no hacia el mas mínimo esfuerzo,  ahora las plumas blancas se oscurecían una a una hasta que todos se apartaron y alguien empezó a aplaudir burlescamente.

-eres ¡maravillosa! Si… eres tú, la que deje pasar para cumplir vuestro destino, si… venias con tu ancestro para verlo morir y condenarte definitivamente.

Amy se quedó viendo y sin decir palabras mientras el caminaba entre las huestes, no podría controlarse ella misma pero él tenía una forma muy seductora  de caminar y al momento en que ya estaba a varios pasos de ella volvió a aplaudir, ella blandió directo a cortarle la cabeza  pero Astaroth la detuvo con su propio puño.

-¡no creas que soy como Cypher!, no… aunque él era muy apegado al principal yo soy su mano derecha- dijo sonriente

Amy cerró los ojos con furia mostrando más su aura a la vez que aumentaba a voluntad el filo de su espada.

-¿queréis  jugar duro? Pues está bien ¡juguemos!

Amy se lanzó hacia el chocando sus espadas, con cada choque más y más energía era liberada destruyendo todo a su paso, ambos volaban lanzando demonios por todas partes, Amy poco a poco era consumida por la oscuridad, ya sus plumas blancas eran escasas en sus alas, ambos se cortaban sus armaduras,  y cada parte caía entre golpe y golpe de espadas, Astaroth reía y reía sin parar sabiendo que pronto  ella sucumbirá ante el poder del principal,

-¡BASTA!

Se escuchó a lo lejos;  Miguel llego del cielo como un rayo golpeando el rostro de Astaroth lanzándolo  a un lado.

-¡Sabes que es mía! Exclamo Astaroth adolorido

-ella no debe estar acá- dijo solemnemente

-¡entonces miradla! No tiene rostro de querer irse… ¡ahora es mía y tu ni nadie me la quitara!

-Amy ¡VEN!-

Ella movió lentamente su rostro diciendo que no, al momento que Miguel se puso frente a ella, con rostro enfurecido se quedó mirando sus corrompidos ojos hasta que le dio una cachetada.

-¡ya bastante has hecho con desatar esta masacre!-grito

Amy se desprendió de sus alas al instante que sus ojos volvían a retomar su natural color, su rostro volvió a ser inocente y varias lagrimas salieron de sus ojos abrazando a Miguel pidiendo perdón, Miguel la abrazo creando la energía suficiente para salir despedidos directo al plano de la luz logrando que las nubes se apartaran tras la intensa luz que despedía el plano más allá de este abandonando la carnicería que había hecho ella al no controlarse. 

domingo, 17 de febrero de 2013

El mundo del equilibrio 2 - Capitulo 11 - Sin mas que decir


El mundo del Equilibrio 2

Capítulo 11

Sin más que decir

Todo se hacía borroso otra vez, La energía del aire era más espesa que cualquier niebla que tus pulmones han respirado, así como el incomparable muro se mostró a nuestros ojos, de la misma forma que la luz volvió a cubrirnos así mismo todo lo que vimos  desapareció; Mi piel se erizo mientras el mundo tomaba forma de nuevo al momento que esta energía tomaba forma física, caí al extraño suelo tratando de controlar todo el poder que trataba de entrar en mi mente,  era un cántico pero resonaba en todo mi cuerpo insoportablemente, sentía que todo el dolor de mi corazón desaparecía, todo el sufrimiento se me era liberado, toda mortificación era aliviada y cuando por fin pude erguirme estaba Miguel flotando, sus plateadas alas mostraban toda la belleza de un ser completamente puro, sus negros cabellos también flotaban como el, pero se hacía sentir una fuerte brisa que movía mis cabellos en todas direcciones, saque la cinta azul de mi amado y como pude recogí mis cabellos, después de que todo era más apacible me di cuenta de algo inquietante, estábamos sobre un circulo hecho de baldosas grises, pero no había nada que la sostuviera, me quede maravillada al ver que estábamos entre nubes con tonos grisáceos.

Camine  explorando la extraña formación donde estábamos parados, Pero Araxiel se comportaba de forma extraña, estaba al borde de las losas de mármol gris, viendo hacia el infinito, su capa se movía fuertemente pues no la sujetaba, estaba simplemente callado y más inexpresivo que nunca; Mientras las nubes se movían note cuatro pilares puntiagudos flotando, camine hacia el borde y como pude sentí las nubes que se acercaban a nosotros, esperaba que fueran frías pero ¡sorpresa! Eran muy tibias, si más que decir sonriendo camine hacia Miguel.

-¿me podrías decir dónde estamos? Dije con cautela

-tu sabes dónde estamos… no tienes que fingir ser tan ingenua mi dama- exclamo con dulzura

Me sonroje levemente, entendía que a un Ángel no podía ocultarle nada, y voltee observando a Araxiel mas callado que nunca.

-¡Araxiel… vamos! Tenemos que seguir- le dije con fuerza ya que el sonido el viento no dejaba que nuestras voces se hicieran sentir con mucha fuerza.

El camino hacia mi sin decir nada, no expresaba ningún tipo de sensación, era raro, incluso dentro de su  antipática personalidad, y me sorprendí aún más al ver que paso a un lado mío como si yo no existiera, quería sentir sus pensamientos pero nada de nuestro poder era eficiente en este lugar; Miguel floto más allá de las baldosas donde podíamos caminar pero… Araxiel dio un paso en el aire, y así como las extrañas baldosas que pisamos para entrar a este mundo de esta forma  reaccionaba el aire, con cada paso se podían ver levemente baldosas brillar con cada paso, ahora las nubes se apartaban poco a poco mientras caminábamos en un incierto camino donde no sabíamos si pisaremos algo o caeremos en el interminable  vacío.

La vista era hermosa no podía negarlo, el Aura de la deidad de la luz hacia que algunas nubes brillaran suavemente, estas nubes estaban esparcidas en todo el horizonte, hasta que decidí mirar levemente debajo de nosotros,  por debajo del manto de nubes salía un brillo anaranjado, y muchas dudas llegaron a mi mente.

-Por tu bien será que no mires mucho lo que hay debajo de nosotros, me lo agradecerás por la eternidad-  dijo Miguel  regañándome.

¿Por qué no puedo mirar hacia abajo?- le dije con calma.

-tienes libre albedrío si quieres hazlo después de todo sé que miraras a su tiempo-

Araxiel dejo de caminar y cuando Amy le adelanto varios metros ella volteo para ver que le pasaba a su amado ancestro, sentía que algo no estaba bien, y sin querer desvió su mirada al suelo, Miguel resigno su mirada cuando ella vio el mismísimo mundo donde la esperanza se pierde, ella cayó al suelo al ver las infinitas legiones del Principal, marchando, escuchaba sus gritos, sentía sus armas y armaduras crujir ,  ella misma a pesar de estar limpia en cuerpo y alma dejo de controlar su poder, así ella empezó a llorar como una niña, sus lágrimas corrieron de sus mejillas cayendo hacia el infinito ejercito de caídos y demonios, poco a poco entendía lo que pasaba pero jamás quiso decir una palabra, subió la vista viendo a su amado herido en todo su cuerpo, de su boca salía lentamente sangre y ella entre su llanto corrió para sostenerlo entre sus brazos.

-el ya no puede más, ya ha agotado toda su energía y si sigue materializando su alma jamás podrás verlo de nuevo- 

Mientras Miguel hablaba Amy sollozaba sin control, el ángel floto hacia ella extendiéndole su brazo mientras los gritos y canticos de guerra perturbaban la antigua paz de ese plano.

-¡Dame un Momento!- grito  descorazonada.

-Amor te dejare descansar un momento ¿quieres?- le susurro a Araxiel.

-no me digas amor… aunque tú... me ames… yo nunca te amare- dijo con la poca fuerza que le quedaba

Ella le abrazo con fuerza y puso su frente en su mejilla izquierda, no lo quería perder definitivamente y con su magnánimo poder convirtió el alma materializada de Araxiel en energía para ser absorbida por todo su cuerpo.

Ahora las nubes brillaban parpadeantes,  Miguel dejo su calmada y pacifica estirpe viendo hacia el horizonte.

-ya empezó…- exclamo asustado.

-¿qué pasa?- le dije terminando de darle descanso a mi antiguo maestro.

El aura de la deidad de la luz dejaba de brillar por momentos, Miguel sabía que era una mala señal, el camino se materializo definitivamente en baldosas de cristales azulados, el ángel miro hacia el ejército marchante y Amy se levantó de nuevo, Hasta que ambos fueron completamente aturdidos por el sonido de una trompeta y ambos trataban de que el sonido no los destruyera.

-¡corre!- grito Miguel

Amy trataba de seguirle pero el volaba más rápido que ella en su correr, el cántico de miles de ángeles lo cubrían todo, mientras el camino de baldosas de cristal se destruían rápidamente; Amy corría y corría asustada por no caer justo debajo de aquel ejército. En el Horizonte se veía una enorme ciudad, era hermosa pero no era el momento para admirarle, ella lloraba del miedo cuando Miguel la esperaba al final del camino y justamente cuando ya empezó a sentir que llegaba salto lo más fuerte que pudo ya que el camino se destruyó y empezó a caer en el vacío, el tiempo se hizo más lento cuando sentía que caía, sus lágrimas se esfumaban en el Aire cuando ella decidió volver al Equilibrio pidiendo auxilio a Miguel.



miércoles, 13 de febrero de 2013

El mundo del equilibrio 2 Capitulo 10 Miguel


El mundo del equilibrio 2

Capítulo 9

Miguel

Aquel mundo, la más hermosa existencia que podrías imaginar se mostró ante nosotros, Araxiel puso su espada sobre su hombro  cuando por fin  más y más ángeles bajaban del  cielo, de sus dedos aun goteaba sangre, que caía poco a poco humedeciendo varias de las flores silvestres que se movían con el cálido viento, yo me puse detrás de él pues me daba pavor que me pudieran hacer algo, mas era una simple ilusión pues aunque él  es inmortal yo no lo soy, de eso me di cuenta al ver mi sangre que emanaba de la herida en mi mejilla izquierda, eran seres de luz al fin y al cabo, aun no podía distinguir sus cuerpos pero se sentía aquel poder que emanaban, aunque era escalofriantemente poderoso, su luz era maravillosamente cálido, y cuando por fin llegaron al suelo, solo pude ver 12 fuentes de luz, una se  acercó lentamente hasta que se notó su poderoso andar, primero eran sus pies que crujían al caminar con gran estirpe, luego fueron viéndose sus hombreras y lentamente su rostro y su cuerpo se dejaron apreciar de entre los demás seres de luz que estaban detrás de él; Su Armadura era levemente parecida al difunto ángel que Araxiel mato sin compasión, pero… era está mucho más grande más imponente y despedía una leve aura que me daba escalofríos.

Araxiel le apunto con su propia espada pero el ángel levanto suavemente su brazo apuntándole, de esta forma bajo su dedo y Araxiel dejo de controlar su brazo bajado el arma al piso.

-¿ustedes también quieren morir? Grito Araxiel solemnemente

-no podrías aunque quisieras pues vos no sois nada ni nadie… aquel ángel que mataste solo era un simple explorador- decía suavemente con voz magnánima y llena de compasión.

-¿pues quién eres tú para decirme eso?- exclamo con tranquilidad.

-soy solo un siervo, tengo un nombre hijo mío… pero no sois tu con quien quiero hablar- 

Seguía caminando hacia nosotros con sus ojos cerrados, parecía una costumbre entre ellos de no mostrar sus ojos pero aun así su blancuzca aura me inquietaba y sin vacilar Araxiel  le volvió a apuntar a la cara, su espada estaba a pocos centímetros de su rostro.

-Vuestros ojos son gobernados por la misma sangre que os derramáis no solo en toda vuestra vida mortal, sino también la de muchos demonios e incluso un antiguo hermano mío, por eso vos no sois nadie para chocar vuestra espada con la mía pues… no eres tan poderoso como creéis, no, tu solo tenéis el poder que has adquirido en vuestra vida más te han abandonado los poderes de vuestros maestros y solo por esa razón la única que puede luchar contra mí es…-

Al terminar de hablar soplo la espada y con el aire que expulso el arma se desmaterializo al instante dejando a Araxiel perplejo, este siguió caminando y al ponerse frente a Amy él se le arrodillo.

-disculpad nuestra falta de educación, vosotros me llamáis  Miguel al igual que el padre, normalmente no salgo del reino pero él me pidió expresamente venir con vosotros al sentir que un hermano más partio de esta existencia e irse con la gran mente del padre.

Note  sus Plateadas plumas extenderse pidiendo perdón, me  cautivo su magnánimo poder  mientras pensaba muy bien mis palabras.

-discúlpame  miguel, yo soy la causante de todo esto, yo fui el que hablo en su idioma y abril a puerta de un mundo que está prohibido para nosotros- dije lo más arrepentida que pude

-eso ya no importa, pues pagareis las consecuencias  en su momento- dijo al erguirse y bajarle el rostro a los demás seres de luz que volvían uno a uno hacia el cielo.

Siguió caminando y nos pidió que lo siguiéramos, no sabíamos a donde pues en el horizonte solo había más y más pastos además algunas azules montañas se dibujaban en el cielo, Miguel seguía caminando con su crujiente armadura, su mano derecha siempre permaneció agarrada del mango de su enorme espada, aunque estábamos detrás de él sentía que estaba meditando y creo que era para saber qué hacer con nosotros.

-si el padre me trajo aquí es por algo… no sé si sea bueno o malo pero nada ni nadie debería llegar a este sitio-

-¿a qué te refieres? Dije con cautela

Miguel se quedó mirando las aves que se acicalaban sobre la rama de un árbol, y se quedó varios minutos sin decir nada, Araxiel no hacía más que quedarse callado y sentía en su alma que no debía, pues podría empeorarlo todo.

-¿Qué voy a hacer con ustedes..? el padre no me quiere decir nada.

-me lo imaginaba… tu padre es un incompetente ¿no que es todo poderoso y lo sabe todo? Entonces debería saber qué hacer con nosotros- dijo Araxiel  interrumpiendo la momentánea paz que se hacía sentir, los pájaros volarán asustados y el césped empezó a marchitarse.

Miguel hizo caso omiso a sus palabras mostrando un rostro de poca preocupación  volteo su rostro hacia nosotros y lentamente abrió sus Azules ojos.

-el problema está en que solo podeis entrar con su permiso- exclamo dulcemente

-¿entonces él ya sabía que vendríamos? Pregunte asustada

-al parecer si, y tome una decisión, es hora de que salgáis  de este laberinto mi señorita-

-¿laberinto? Pensaba que este era el  plano de la luz-

-esto que veis si es parte de este plano pero la verdad es que si no fuera por mí os quedareis aqui por la eternidad en un mundo infinito, pasarían milenios enteros recorriendo estos valles, montañas y desiertos, esto solo es parte de la imaginación del padre, ni más ni menos.

-¿y porque tu decisión?  ¿Porque dejarnos entrar al reino si no es permitido?-

-Araxiel es mejor que te calles, ella es algo divino como yo pero tú no, solo entraras porque tú y ella son lo mismo-

Me dio risa, por primera vez escuche que regañaban a Araxiel sin este poder decir algo.

Miguel Desenvaino su gigantesca espada y la penetro en el suelo, en ese instante los verdes pastos que rodeaban la espada se esfumaban como polvo y así siguió con todo lo que se podía ver, desde los arboles hasta las enormes montañas se esfumaron como polvo dejándose llevar por el viento, ahora aparecía una infinita muralla, Miguel alzo todo su poder, su blanca aura crecía y crecía con un poder casi ilimitado, la muralla se dejaba ver y en la parte más alta las nubes se mezclaban con el mármol del que estaba hecha. Ahora delante nuestro estaba esa gigantesca puerta.

-calma parece imposible de abrirle  y en realidad lo es pero para mí no existen imposibles-

Sus alas se incrustaron sobre la puerta el grito con todas sus fuerzas y abrió lentamente la increíblemente pesada puerta de rocas y mármoles. Cuando por fin pasamos el reino entero apareció ante nuestros ojos

sábado, 2 de febrero de 2013

El mundo del equilibrio 2 Capitulo 9 Ella o la Muerte


El mundo del equilibrio 2

Capítulo 9

Ella o la muerte

Una fuerte y cálida brisa seguía moviendo las hojas de los árboles, el sonido de las hojas moviéndose era sutil, las aves cantaban unas con otras y Araxiel apretó con más fuerza el mango de la espada, estaba decidido a córtale el cuello; el Ángel podía sentir sus  pensamientos y sabía que no dudaría en quitarle la vida.

-¿crees que ya no he matado a un ser como tú? Exclamo Araxiel con mucha fuerza.

-¡no sois nada, ni nadie con el suficiente poder como para quitarle la vida a un ángel así que no me provoques! Grito el ángel enfurecido.

Ambos se miraron fijamente  sus rostros, Araxiel mantenía sus rojizos  y calmados ojos frente a los ojos cerrados del ángel y le sonrió perversamente.

-algo parecido dijo tu anterior hermano Cypher, y ¡yo mismo le quite la vida! Con estos mismos dedos que agarran esta espada sentí su sangre, con estas mismas manos luche  a la par, sin ventajas, y su alma se fue volando con la brisa del mundo de la desesperación y así tu alma se ira con este viento que mueve el pasto que estamos pisando.

Sabía que ocurriría a continuación y mientras  se decidían a chocar sus fuerzas uno contra uno me aleje unos cuantos metros de ellos, sentándome  en el pasto agarre una de las flores silvestres que estaba a mi derecha, me quede viendo con mucha calma y paciencia, sabía todo el poder que tenía mi amado, pero tampoco sabía que esperar de un Ángel, me puse a pensar y recordé un detalle… ¡mi espada! ¿Dónde estaba ella?, ¡no la recogí! Aunque podría crear otra esa era especial pues fue la primera arma que había creado, su filo era especial, no podía cortar nada a menos de que yo quisiera.

-¡Muere!- Grito el ángel

Ambos centellaron sus espadas sin compasión, era una bizarra coreografía entre dos poderes distintos, la luz contra lo más oscuro del hombre, Araxiel esquivaba con dificultad los ataques del ángel, pero peleaban al mismo nivel, apenas se hacían daño pero toda herida que Araxiel recibía también le Afectaba a Amy.

De un descuido el ángel corto la mejilla izquierda de Araxiel y Amy también se cortó como era de esperarse, Amy pasó los dedos de su mano derecha por la herida, se quedó viendo la sangre que emanaba de su piel con sus dedos,  no estaba preocupada pero era la primera vez que sangraba desde que llego al equilibrio.

Con cada blandir de sus espadas cortaban el aire pero después de varios minutos en los cuales ambos ya estaban ligeramente heridos el Ángel logro quitarle la Espada a Araxiel dejándolo indefenso.

Este sonrió al ver su ventaja pero Araxiel estaba tranquilo, el  solo le apunto con su mano derecha  invitándolo a que lo atacara.

-ya no sirve de nada… ¡ríndanse! Yo mismo les quitare la vida pues se me es permitido hacerlo-decía riéndose, disfrutando de su  superioridad.

Araxiel estiro sus manos como un crucifijo dándole un mensaje de que se rendía… pero se me era extraño… Araxiel nunca se rendiría.

-¡anda! Atácame… ¿no quieres quitarme la vida? Pues hazlo si te place, ¡anda! ven y ¡mátame! Disfruta de ser un ser tan hipócrita- Decía Araxiel con tono burlesco.

El ángel  se le acercaba lentamente, su armadura crujía con cada paso, apretó fuertemente su espada y la alzo al cielo, mientras Araxiel bajaba la mirada pero con una extraña sonrisa, no era característico de su personalidad, yo  sabía que tenía algo planeado, no es de los que se rinden con tanta facilidad, yo  observaba todo con mucha calma mientras creaba luz con mi mano derecha sanando la herida que tenía en mi mejilla.

El ángel blandió con ambas manos pero Araxiel le agarro la espada con una sola mano, su sangre corría y goteaba de la espada, me molesto pues creo otra herida en mi mano izquierda.

-que tanto juegas  Araxiel- susurre viendo mi herida.

Pero el seguía tranquilo, con su pulgar creo una estrella de 5 puntas haciendo que su sangre brillara, logrando que esa espada explotara en varias partes, una de ellas atravesó el pecho del ángel y este cayo en el piso.

-no puedes matar a alguien que ya está muerto-  decía solemnemente  mientras caminaba  hacia el ángel moribundo.

-¿Qué cosa eres? ¡¿Cómo te llamas demonio?!  Dijo horrorizado perdiendo lentamente su sangre.

-no es necesario decirle tu nombre a alguien que va a morir, y ya te lo dije no puedes matar a alguien que ya murió hace mucho tiempo, ¿y sabes qué? Ella era tu verdadero objetivo- dijo al mirar hacia Amy.

Ella estaba sentada agarrando flores silvestres y dejando que los pájaros se posaran en su cabeza, ella miro sorprendida pro no dijo nada, solo resigno sus ojos al pensar que ella era la que tenía que morir.

-así que tu desgraciado, te dije que tu alma volará hacia el lejano horizonte  pero todo a su tiempo-

Araxiel arranco la astilla que atravesaba el pecho el ángel para que muriera más rápidamente, sus perfectas plumas se tenían con su sangre después el abrió sus ojos de los que salían sinceras lagrimas porque él sabía que ella tenía derecho de entrar a ese mundo.

-te dejare morir con honor, es lo menos que puedo hacer por ti.- exclamo cerrando levemente sus ojos 

El Ángel miraba hacia el cielo, se quedaba viendo el Aura de la deidad de la luz y esta luz le abrazo, sus plumas, su armadura y su piel se fundían para irse hacia el aura e irse con el ser que le dio la vida.

-¿porque lo mataste? Dije levantándome del suelo.

-eras tú o la muerte, no me sirves muerta así como no te serví a ti cuando yo morí.

 El camino  recogiendo la espada con que combatió  lanzándomela.

-Esta es tu espada no la mía, no seas tan imprudente la próxima vez.

La envaine y antes de poder pestañear, del cielo bajaron más y más ángeles, mientras Araxiel, los veía  resignando su mirada.