El Mundo del Equilibrio 3
Capitulo 4
El dios que llora
El universo puede ser un lugar muy apacible, siempre y
cuando estés alejada o alejado de todo el proceso destructivo y de creación que
es tan común como ver tan solo la lluvia en un día nublado, el ser humano
siempre se ha impactado por esa realidad que desde lejos se ve muy tranquila,
casi como si nada se moviera, pero en este momento puedo entender de donde nació
todo este caos hecho armonía… fue la creación de una mente que era tanto ser y
no ser, el arquitecto que existía y no existía al mismo tiempo, ese era yo, la
deidad de la luz y él, él mal nombrado principal que tan solo es el reflejo de
mi propio ser.
La mente humana siempre ha buscado resolver todo a través de
números, cosa que es imposible pues él y yo, yo y el que somos lo mismo, no
estamos hechos de números. El universo en toda su bastedad se me hace tan
pequeña como para ti seria tu propia habitación. Mas no es esto en lo que estoy
pensando, me daría tristeza que esta ínfima gota de existencia llamada universo
regrese a la nada en el todo que es nuestra imaginación. La galaxias las puedo
hacer girar más rápido o más lento a mi propio antojo, así mismo puedo hacerlas
chocar destruyendo toda vida consiente que se esté desarrollando en ellas; todo
como si fueran pequeñas piezas en un juego de mesa más… no se me antojaba pues habían
cosas más serias de que preocuparme, una de ellas era mi reflejo contrario que
hacia lo que se le antojaba en esa pequeña e ínfima mota de polvo que llaman la
tierra pero… apenas estoy entendiendo
que soy; ahora que ya no tengo forma meramente física, ahora soy la
conciencia que debí ser en ese momento en que me sacrifique para que esta
incauta mujer se convirtiera en el todo. Pero aún me pregunto ¿Por qué yo deje
que ella me matara? Mejor dicho ¿Por qué yo mate a la deidad que soy
ahora? A pesar de que he tratado de
reflexionar estas cosas… aun me siento muy aturdida.
Dentro de mi “cabeza” están las memoria de miles de millones
de existencias atrás. Así mismo recuerdo todo el sufrimiento en carne propia de
todos aquellos que murieron por mí, por este simple capricho de no dejar que la
creación regresara a esa consciencia que algunos llaman la verdad, o “dios”.
Al pensar en estas dualidades para mí ya han pasado miles de
años pero para ese mundo al que estoy
decidida en no acercarme apenas han pasado unos años, es curioso saber que el
principal también puede hacer estas cosas pero, como buen reflejo contrario de mí
misma, es más perverso y desquiciado de lo que soy yo.
Amy convertida por completo en la deidad de la luz se fue
acercando a esta mínima parte del cosmos y mientras veía como suavemente se
acercaba al tercer planeta después de esta estrella que los humanos llamaban
sol; poco a poco noto que ese planeta azul que rondaba por sus memorias ya
dejaba de ser como lo recordaba, ahora ella cerraba levemente los ojos con
seriedad al ver que el planeta ahora se teñía de un color rojo o vino tinto.
Suspiro al ver como los seres humanos veían su planeta, un
mundo rojizo donde había desaparecido todo rastro de tecnología humana, mundo
donde ahora reinaban castillos y fortalezas que se elevaban muchos metros sobre
la tierra incluso algunas torres de estas construcciones podían rozar las
nubes.
Las personas que habían sido seducidas por el lado oscuro
del universo merodeaban sin destino, como si ellas vivieran en un eterno sueño
consciente, además la lluvia y la nieve eran suavemente rojizas y la luz del
moribundo sol apenas atravesaban las nubes.
El mundo le recordaba al reino del principal en el plano donde
el gobernaba, ella se decía así misma
que ese era otro de los caprichos de su reflejo oscuro.
-nunca cambias… te gusta estar cómodo mi querido yo- susurro
Amy mientras sus ojos atravesaban toda construcción, toda montaña, todo rio,
toda planicie y todo aquello que
conformaba el planeta
-pero… ¿Por qué te has quedado en esta parte de nuestra creación?-
Se volvió a preguntar Amy
Ella desenfoco su mirada para ver el templo del maestro
vampiro, dándose cuenta que apenas estaban las murallas; los libros de la
biblioteca estaba quemados, incluso las cenizas del libro de los iniciados cubrían
el suelo donde se pueden ver galaxias girando.
Desenfoco una vez más la mirada dándose cuenta de un extraño
rastro de sangre que se dirigía a las 9 puertas y con terror o alivio vio que
alguien o algo descerrajo el portal principal
Entre suspiros vio la luna y decidió seguir pensando en ¿Qué
podría hacer?
Suavemente poso su omnipotente presencia sobre la luna, dándose
cuenta que esta no era blanca como muchos les hicieron pensar a las personas,
este tenía un brillo oxidante que cambiaba a ciertos colores dependiendo de dónde
la vieses.
Al sentarse vio la arena cristalizada que conformaba la
luna, pero se sentía tan abrumada que decidió volver a ver algo que extrañaba
con todas sus fuerzas; suavemente poso sus dedos sobre el suelo y cada cristal
del suelo se trasmutaba lentamente en aquella rosa roja que le había dado
Araxiel, así mismo de sus espinas salieron poco a poco aquella sangre que fluyo
en un tiempo.
-todos, si, ¡toda mi hueste celestial! aquellos que nacieron
a través de mi en ese mundo que yo misma destruí, todos aquellos que cayeron
por elección propia y regresaron a mi pues somos lo mismo, os ordeno que os pongáis
frente a mi incluso tu Araxiel Te Ordeno que aparezcas frente a mi pues es mi
voluntad…- Grito Amy con todas sus
fuerzas
En un instante en el tiempo humano, aquellos que habían caído
en esta guerra e inclusive en guerras pasadas fueron apareciendo flotando sobre
la luna, poco a poco la luna fue cubierta por los espíritus de todos los ángeles
que habían perdido sus cuerpos físicos y todos poco apoco la rodearon arrodillándoseles,
y así los 7 arcángeles incluyendo sus antepasados aparecieron delante de ella.
Amy se quedó en silencio mientras unos pasos se hacían oír desde lejos, allá a
varios kilómetros caminaba ese ser que lo era todo para ella, caminaba con la
misma estirpe de un dios más en este y en todas las existencias, las huestes
poco a poco le daban paso mientras el empezaba a sonreír y cuando ya estaba a
varios metros de ella se podía escuchar su voz burlándose de todos los seres
supremos que le rodeaban y cuando los arcángeles dejaron que él estuviera
frente a ella… se sintió el infinito silencio del espacio.
-veo que hasta tu mirada ha cambiado- susurro Araxiel
Amy se quedó mirando sus rojos ojos y desenfoco hacia el
planeta.
-¿sabes? El planeta tiene el mismo color que tus ojos.
-¿y qué quieres que haga yo?- Exclamo Araxiel con fuerza.
-yo… ¡ya no soy tu delicada aprendiz! Soy el todo así que ¡cuida tus palabras!- Grito Amy
-no parece… sigues siendo mi ridícula aprendiz, a pesar de
ser el todo aun no sabes que hacer y por eso nos has llamado
-¡si supiera que hacer ya esto se hubiera acabado desde la
primera existencia!- Replico con fuerza
Ambos se miraron a los ojos nuevamente mientras los arcángeles
bajaban la mirada al suelo lunar.
-¿y qué quieres que haga yo?-
-solo quiero…
Así Amy arranco la flor del suelo y poco a poco se le ofreció
a Araxiel mientras las espinas le cortaban nuevamente la piel de los dedos de
Amy.
-¿no se supone que ya no tienes cuerpo físico? Susurro Araxiel
-soy una deidad y hago lo que se me plazca
-¡y por eso has fallado! ¿No lo entiendes? Por eso es que se
inició esta guerra, ¡no eres capaz de ser lo suficientemente humilde como para
aceptar que has fallado!, ¡todas tus decisiones fracasaron! Y ¡por esto es que
todos los que están en ese planeta atrás mío sufren! Porque ¡tú! Los abandonaste…
Tu misión es defendernos no de hacerte la vista gorda y redoblar tu ejército, si tú nos
comprendieras te dieras cuenta de que tú nos abandonaste mientras el principal
esta allá dándole gozo y poder al lado oscuro de la mente humana!
Amy bajo la mirada mientras aun le ofrecía la rosa a
Araxiel, y de sus ojos salieron un par de lágrimas.
-Todo lo que quise es defenderlos, si yo gano el gana, si yo
pierdo el también gana, he querido defenderlos tratando que todos los seres con
consciencia se eleven hasta mí, pero… te lo repito… si supiera la respuesta
entonces… yo no estaría acá pidiéndote gracias…
-¿Por qué me agradeces? Si fue tu capricho el que yo
existiera, fue tu capricho que esa niña
que ahora eres tú sufriera tanto…
-jajajaja ¿sabes? En toda esta eternidad, en todas estas
guerras nunca he sabido que es el dolor, nunca supe que es el sufrimiento y por
eso te cree a ti para que encontraras a alguien lo suficientemente puro para
que yo fuera ella y experimentar el sufrimiento y… el dolor.
Araxiel bajo la mirada y agarro la rosa sintiendo la calidez
de la sangre de Amy; dio media vuelta y vio nuevamente al planeta.
-no me acostumbro a que ese maldito gobierne el mundo que yo
tenía que gobernar…
¿y dónde están los demás iniciados?- Volvió a replicar
Araxiel
-Se quedaron atrapados en el plano del principal- exclamo
Rafael subiendo la mirada
-¿están tan seguros? No creo que Dumahel muera tan fácilmente
Araxiel volteo hacia Amy y se arrodillo frente a ella.
-una vez me dijiste que no importa tu pasado, lo que importa
es que puedes hacer ahora
Le sonrió a Amy mientras le entregaba el listón azul.
-sé que eras tú, y por este regalo fue que te elegí.
-eso tenía que pasar- replico Amy
-no me interesa, para mi… tú me lo regalaste ahora dejemos
las niñerías, si aún la oscuridad es decir el principal no ha ganado es porque aún
hay luz en el universo, o hay personas que no se dejaron seducir o aún quedan
iniciados… a no ser de que sea otro de sus caprichos ¿no es verdad Uriel?
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