viernes, 18 de julio de 2014

El mundo del Equilibrio 3 - Capitulo 4 - El dios que llora

El Mundo del Equilibrio 3

Capitulo 4

El dios que llora

El universo puede ser un lugar muy apacible, siempre y cuando estés alejada o alejado de todo el proceso destructivo y de creación que es tan común como ver tan solo la lluvia en un día nublado, el ser humano siempre se ha impactado por esa realidad que desde lejos se ve muy tranquila, casi como si nada se moviera, pero en este momento puedo entender de donde nació todo este caos hecho armonía… fue la creación de una mente que era tanto ser y no ser, el arquitecto que existía y no existía al mismo tiempo, ese era yo, la deidad de la luz y él, él mal nombrado principal que tan solo es el reflejo de mi propio ser.

La mente humana siempre ha buscado resolver todo a través de números, cosa que es imposible pues él y yo, yo y el que somos lo mismo, no estamos hechos de números. El universo en toda su bastedad se me hace tan pequeña como para ti seria tu propia habitación. Mas no es esto en lo que estoy pensando, me daría tristeza que esta ínfima gota de existencia llamada universo regrese a la nada en el todo que es nuestra imaginación. La galaxias las puedo hacer girar más rápido o más lento a mi propio antojo, así mismo puedo hacerlas chocar destruyendo toda vida consiente que se esté desarrollando en ellas; todo como si fueran pequeñas piezas en un juego de mesa más… no se me antojaba pues habían cosas más serias de que preocuparme, una de ellas era mi reflejo contrario que hacia lo que se le antojaba en esa pequeña e ínfima mota de polvo que llaman la tierra pero… apenas estoy entendiendo  que soy; ahora que ya no tengo forma meramente física, ahora soy la conciencia que debí ser en ese momento en que me sacrifique para que esta incauta mujer se convirtiera en el todo. Pero aún me pregunto ¿Por qué yo deje que ella me matara? Mejor dicho ¿Por qué yo mate a la deidad que soy ahora?  A pesar de que he tratado de reflexionar estas cosas… aun me siento muy aturdida.

Dentro de mi “cabeza” están las memoria de miles de millones de existencias atrás. Así mismo recuerdo todo el sufrimiento en carne propia de todos aquellos que murieron por mí, por este simple capricho de no dejar que la creación regresara a esa consciencia que algunos llaman la verdad, o “dios”.

Al pensar en estas dualidades para mí ya han pasado miles de años pero para  ese mundo al que estoy decidida en no acercarme apenas han pasado unos años, es curioso saber que el principal también puede hacer estas cosas pero, como buen reflejo contrario de mí misma, es más perverso y desquiciado de lo que soy yo.

Amy convertida por completo en la deidad de la luz se fue acercando a esta mínima parte del cosmos y mientras veía como suavemente se acercaba al tercer planeta después de esta estrella que los humanos llamaban sol; poco a poco noto que ese planeta azul que rondaba por sus memorias ya dejaba de ser como lo recordaba, ahora ella cerraba levemente los ojos con seriedad al ver que el planeta ahora se teñía de un color rojo o vino tinto.

Suspiro al ver como los seres humanos veían su planeta, un mundo rojizo donde había desaparecido todo rastro de tecnología humana, mundo donde ahora reinaban castillos y fortalezas que se elevaban muchos metros sobre la tierra incluso algunas torres de estas construcciones podían rozar las nubes.

Las personas que habían sido seducidas por el lado oscuro del universo merodeaban sin destino, como si ellas vivieran en un eterno sueño consciente, además la lluvia y la nieve eran suavemente rojizas y la luz del moribundo sol apenas atravesaban las nubes.

El mundo le recordaba al reino del principal en el plano donde el gobernaba,  ella se decía así misma que ese era otro de los caprichos de su reflejo oscuro.

-nunca cambias… te gusta estar cómodo mi querido yo- susurro Amy mientras sus ojos atravesaban toda construcción, toda montaña, todo rio, toda planicie y todo aquello  que conformaba el planeta

-pero… ¿Por qué te has quedado en esta parte de nuestra creación?- Se volvió a preguntar Amy

Ella desenfoco su mirada para ver el templo del maestro vampiro, dándose cuenta que apenas estaban las murallas; los libros de la biblioteca estaba quemados, incluso las cenizas del libro de los iniciados cubrían el suelo donde se pueden ver galaxias girando.

Desenfoco una vez más la mirada dándose cuenta de un extraño rastro de sangre que se dirigía a las 9 puertas y con terror o alivio vio que alguien o algo descerrajo el portal principal

Entre suspiros vio la luna y decidió seguir pensando en ¿Qué podría hacer?


Suavemente poso su omnipotente presencia sobre la luna, dándose cuenta que esta no era blanca como muchos les hicieron pensar a las personas, este tenía un brillo oxidante que cambiaba a ciertos colores dependiendo de dónde la vieses.

Al sentarse vio la arena cristalizada que conformaba la luna, pero se sentía tan abrumada que decidió volver a ver algo que extrañaba con todas sus fuerzas; suavemente poso sus dedos sobre el suelo y cada cristal del suelo se trasmutaba lentamente en aquella rosa roja que le había dado Araxiel, así mismo de sus espinas salieron poco a poco aquella sangre que fluyo en un tiempo.

-todos, si, ¡toda mi hueste celestial! aquellos que nacieron a través de mi en ese mundo que yo misma destruí, todos aquellos que cayeron por elección propia y regresaron a mi pues somos lo mismo, os ordeno que os pongáis frente a mi incluso tu Araxiel Te Ordeno que aparezcas frente a mi pues es mi voluntad…- Grito Amy  con todas sus fuerzas

En un instante en el tiempo humano, aquellos que habían caído en esta guerra e inclusive en guerras pasadas fueron apareciendo flotando sobre la luna, poco a poco la luna fue cubierta por los espíritus de todos los ángeles que habían perdido sus cuerpos físicos y todos poco apoco la rodearon arrodillándoseles, y así los 7 arcángeles incluyendo sus antepasados aparecieron delante de ella. Amy se quedó en silencio mientras unos pasos se hacían oír desde lejos, allá a varios kilómetros caminaba ese ser que lo era todo para ella, caminaba con la misma estirpe de un dios más en este y en todas las existencias, las huestes poco a poco le daban paso mientras el empezaba a sonreír y cuando ya estaba a varios metros de ella se podía escuchar su voz burlándose de todos los seres supremos que le rodeaban y cuando los arcángeles dejaron que él estuviera frente a ella… se sintió el infinito silencio del espacio.

-veo que hasta tu mirada ha cambiado- susurro Araxiel

Amy se quedó mirando sus rojos ojos y desenfoco hacia el planeta.

-¿sabes? El planeta tiene el mismo color que tus ojos.

-¿y qué quieres que haga yo?- Exclamo Araxiel con fuerza.

-yo… ¡ya no soy tu delicada aprendiz! Soy  el todo así que ¡cuida tus palabras!- Grito Amy

-no parece… sigues siendo mi ridícula aprendiz, a pesar de ser el todo aun no sabes que hacer y por eso nos has llamado

-¡si supiera que hacer ya esto se hubiera acabado desde la primera existencia!- Replico con fuerza

Ambos se miraron a los ojos nuevamente mientras los arcángeles bajaban la mirada al suelo lunar.

-¿y qué quieres que haga yo?-

-solo quiero…

Así Amy arranco la flor del suelo y poco a poco se le ofreció a Araxiel mientras las espinas le cortaban nuevamente la piel de los dedos de Amy.

-¿no se supone que ya no tienes cuerpo físico? Susurro Araxiel

-soy una deidad y hago lo que se me plazca

-¡y por eso has fallado! ¿No lo entiendes? Por eso es que se inició esta guerra, ¡no eres capaz de ser lo suficientemente humilde como para aceptar que has fallado!, ¡todas tus decisiones fracasaron! Y ¡por esto es que todos los que están en ese planeta atrás mío sufren! Porque ¡tú! Los abandonaste… Tu misión es defendernos no de hacerte la vista gorda  y redoblar tu ejército, si tú nos comprendieras te dieras cuenta de que tú nos abandonaste mientras el principal esta allá dándole gozo y poder al lado oscuro de la mente humana!

Amy bajo la mirada mientras aun le ofrecía la rosa a Araxiel, y de sus ojos salieron un par de lágrimas.

-Todo lo que quise es defenderlos, si yo gano el gana, si yo pierdo el también gana, he querido defenderlos tratando que todos los seres con consciencia se eleven hasta mí, pero… te lo repito… si supiera la respuesta entonces… yo no estaría acá pidiéndote gracias…

-¿Por qué me agradeces? Si fue tu capricho el que yo existiera, fue tu capricho que  esa niña que ahora eres tú sufriera tanto…

-jajajaja ¿sabes? En toda esta eternidad, en todas estas guerras nunca he sabido que es el dolor, nunca supe que es el sufrimiento y por eso te cree a ti para que encontraras a alguien lo suficientemente puro para que yo fuera ella y experimentar el sufrimiento y… el dolor.

Araxiel bajo la mirada y agarro la rosa sintiendo la calidez de la sangre de Amy; dio media vuelta y vio nuevamente al planeta.

-no me acostumbro a que ese maldito gobierne el mundo que yo tenía que gobernar…

¿y dónde están los demás iniciados?- Volvió a replicar Araxiel

-Se quedaron atrapados en el plano del principal- exclamo Rafael subiendo la mirada

-¿están tan seguros? No creo que Dumahel muera tan fácilmente

Araxiel volteo hacia Amy y se arrodillo frente a ella.

-una vez me dijiste que no importa tu pasado, lo que importa es que puedes hacer ahora

Le sonrió a Amy mientras le entregaba  el listón azul.

-sé que eras tú, y por este regalo fue que te elegí.

-eso tenía que pasar- replico Amy


-no me interesa, para mi… tú me lo regalaste ahora dejemos las niñerías, si aún la oscuridad es decir el principal no ha ganado es porque aún hay luz en el universo, o hay personas que no se dejaron seducir o aún quedan iniciados… a no ser de que sea otro de sus caprichos ¿no es verdad Uriel?

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