miércoles, 24 de septiembre de 2014

El mundo del Equilibrio 3 - Capitulo 6 - Extraño Destino

El Mundo del Equilibrio 3

Capitulo 6 Extraño Destino

Espero que aun estés con nosotros delicada mujer; aun en mi corazón quiero creer que no has perdido el regalo de esta existencia, me imagino que estas en alguna parte del universo escuchando mis pensamientos y, sé que tu silencio es parte de esta respuesta que mis oídos imploran escuchar. Sé que estas acá a mi lado cabalgando con este triste caballo que pusiste en mi camino.

Ojala pudiera entenderte y… eso trato con el lento galopar de este día, con el suave galopar de este caballo. Los días siguen pasando tan extrañamente para mis sentidos, que aún no consigo  entender el ¿Por qué el tiempo es tan ambiguo? pero aun en el poco tiempo que perciben los humanos he logrado escribir el último libro que ya casi está listo, pero me falta algo y he tratado de entender ese vacío que culminarían los últimos párrafos de este libro.

En mi corazón no existe mayor frustración que ver como mis memorias se van resquebrajando lenta y paulatinamente y ¿Cómo podría ser lo contrario?  Si cualquier persona viera como el mundo de sus memorias se merma con esta vista de palacios adornados con tenues tonos ensangrentados ya hace mucho habría de suicidarse y aunque  después de ver las planicies de las tierras bajas de escocia donde nací convertidas en secos desiertos con algunos trazos de viejos robles peleando por que sus pocas hojas verdes no secaren, aun con todo eso tenía que vivir.

El mundo seguía su curso y en algún lado estas tú, lamentándote con lento odio,  el odio de ver como esas predicciones que vistes en la prueba de los espejos se hacían realidad; nadie podría haberte preparado para saber que lo que verías en esos espejos, parte de ello sería tu futuro. Y desde ese día que te vi en mi habitación, en ese instante que mire directamente hacia tus ojos mientras mantenías esa sonrisa, en ese momento supe que habías visto en esa prueba.

Pero aun no quería aceptarlo, pues ya había visto masacres similares en otros iniciados los cuales nunca se hicieron realidad, y eso esperaba, que solo fueras una más en el sádico proceso que había creado el principal, proceso que desconozco su razón de ser, más se, que tú ya lo has comprendido.

Dumahel se fue acercando a una de las fortalezas que estaban en las afueras de una ciudad que extrañamente era más tranquila que el resto. Pero él no se preguntaba ¿Por qué? No… él no era un simple humano inocente de las malicias que acostumbran los caídos y los entes oscuros.

Sabía que era una de las muchas trampas que el principal creaba donde el forjara su voluntad. El mismo caballo perdía su tranquilidad mientras se acercaban a la entrada y pasaron varios minutos mientras Dumahel veía la fortaleza con lento detenimiento, con algo de energía controlo parte de la conciencia del caballo pero solo se dedicó a bordear el castillo, solo para quedarse un momento pensando ¿Por qué el caballo le dirigió a esta fortaleza? El caballo había galopado por propia voluntad durante semanas pues  era la mejor manera de permanecer de incógnitos entre tanta malicia

Pero ya no importaba más, ya no tenía las fuerzas para seguir el camino, lo único que le mantenía en pie era su última responsabilidad, el terminar este libro pero dejo que el destino trabajara por él, si ya el caballo lo trajo hasta acá es porque alguien quiere que entre

Al volver a la entrada escucho varios disparos y seguidamente varios gritos que nacían desde lo más profundo y oscuro del castillo. Pero ¿a quién le importa? Sería otro humano a punto de ser el alimento de un perverso caído

-¡Maldición… Maldición! Se escuchaba estos gritos mientras el caballo junto con Dumahel se adentraban  en la oscuridad hasta que el creo una esfera de luz para ver.

-¿Quién eres?  Grito el hombre

-eso mismo te pregunto yo a ti o mejor dicho… ¿Qué eres?

-¡Maldición… estoy harto de ustedes!- Le volvió a gritar al caído mayor que sostenía la cabeza de…

-ella esta… ¡muerta! Dijo Dumahel susurrante al ver la cabeza de Amy decapitada

Pero el caído solo mantenía su suave sonrisa mientras abría sus ojos lenta y paulatinamente

-dime ¿Qué eres?- Exclamo Dumahel

-Soy Divad y ¿quién coño son ustedes? ¿Qué quieren de mí?

Dumahel noto las lágrimas que salían de los ojos de Divad mas no podía consolarle, ni siquiera es un inicia…

-¡sí! Vuestro amiguito es un iniciado… susurro el caído

-eso es imposible… ¡yo los vi morir a todos! Soy el último que queda hasta que ya me canse de ver lo que ustedes le hacen al mundo que una vez ame…-

-si el no fuera un iniciado ¿Por qué creéis que no lo he matado aun?

-no me interesa, nunca había visto a este hombre así que nunca paso ninguna prueba y por lo tanto si me lo preguntas puedes hacer lo que quieras con él.

-¡son unos depravados! Grito Divad

-¡si tú eres como yo y amas al mundo como yo! ¿Por qué no luchas y matas a todos estos desgraciados que han aniquilado  esos pastos donde juzgaste en tu niñez?-

Dumahel detuvo su paso con cierto asombro. ¿Cómo podría saber lo que pienso?

-¿Cómo supiste eso chico? Dijo al subir la mirada para proseguir su camino  fuera del castillo

- y entonces ¿Quién es ella que nos está viendo desde los cielos?


Ya esto era más que una coincidencia ¿Cómo sabe tanto? ¿Cómo sabe que ella existe? Es mas ¿Cómo ha sobrevivido ante el manto oscuro que los caídos posan sobre la mente de los humanos?

-ya  os dije es un iniciado...

-¿Cómo te llamas caído? Susurro Dumahel

-podéis llamarme Nergal, señor de este castillo, amo de los muertos vivos pero este cuerpo no es el mío

-entonces no te importara si mueres- intervino Dumahel

Con estas palabras el cuerpo de Dumahel se fundió con la oscuridad y se posó detrás del cuerpo que usurpaba el caído Nergal. Pero este solo sonrió al sentir la cuchilla rota de Dumahel

-jajajajaja ¿Qué pretendéis? Si me desolláis solo caerá el cuerpo de uno de los muchos humanos que he revivido

-¡eso no me interesa!-

Divad cerró los ojos al escuchar  como el chorro de sangre salía de la garganta de ese hombre que luego de abrir sus ojos noto que era El cuerpo del pequeño Roger

Los volvió a cerrar con odio mientras Dumahel se le acerco apuntándole con la daga


-ahora... tienes mucho que confesarme…