sábado, 18 de octubre de 2014

El mundo del equilibrio 3 - Capitulo 7 - Preludio y Prologo de una Guerra

Es difícil describir como un dios llega a esta tierra, es difícil  comprender como Amy, la deidad de la luz va bajando desde los cielos a este resquebrajado mundo que sin querer abandono hace unos años humanos, solo se puede decir que mientras bajaba las nubes se apartaban de su sutil y espiritual cuerpo, mientras, esa vieja y rasgada armadura desaparecía transformándose en lo que debió ser desde un principio. Aquella armadura que solo un dios podría penetrar.

Con ojos sin vida observo el mar rojizo que se extendía hasta el horizonte y poco a poco el agua cambiaba a su verdoso y natural color; se apreciaba como su presencia hacia vibrar suavemente el agua y cuando por fin sus pies sintieron el mar ella empezó a caminar hacia el horizonte con toda la estirpe típica de un ser supremo; sus ojos tenían ese matiz de vida y muerte combinados,  es difícil de explicar ese rostro que estaba vivo y muerto en la misma proporción.

 Con cada paso el agua dejaba de mantener ese color sangriento pero  poco a poco volvía a ese color más… era de esperarse. Amy estaba tan furiosa que no prestaba atención a lo que ocurría a su alrededor.

-  Malditos dragones ¿Dónde estáis? Decía con voz magnánima

- Muy cerca de voz mi señora- se escuchaba a lo lejos.

Pero ella no tenía la más mínima paciencia y alzando un brazo le quito el velo que cubría al templo donde El principal descansaba, templo custodiado por una muralla  de caídos que se mantenían firmes cantando en el idioma de los muertos

Ella se quedó mirando la muralla de caídos, era como si ella esperaba que alguien llegara o que algo pasara y así se quedo por una hora escuchando el típico sonido del mar abierto, hasta que por fin dirigió su mirada a su izquierda.

-¿Por qué tanta formalidad mi señora? Se volvió a escuchar

-¿Por qué los dragones se esconden de mí? Susurro Amy

Y el silencio volvió a reinar durante unos minutos.

-es delicioso saber que no habéis perdido del todo tu memoria mi ama

-¿Por qué me llamas ama?

-pero aun no habláis como nosotros, interesante… creo que nosotros os explicaremos las reglas de ahora en adelante, no tenéis ejercito ni reino que gobernar así que… pasad

La muralla desapareció  y el mar cambió a esas mismas baldosas que atormentaban su antigua imaginación pues su mente estaba dividida en dos partes. En una reinan los recuerdos de la deidad de la luz y del otro… son los fragmentos de memorias que por ahora eran más grandes.

Aun así dio el primer paso y con el admitió que en esta guerra ella estaba indefensa más se quedó viendo el nuevo palacio del principal pero volteo hacia el mar y por primera vez en eones de tiempo… mostro una leve sonrisa y siguió su camino.

En cada baldosa y en cada escultura podía sentir la amargura acumulada y hecha realidad gracias a todo el dolor de cada humano sacrificado por esta interminable guerra, así mismo podía sentir la desesperación que crece en cada rosa y al mismo tiempo el rocío que las cubría era alimentado por cada lagrima de desesperación. No le agradaba pero no podía hacer nada para impedirlo.

Y así camino por un par de horas entre la belleza que produce tanto sufrimiento,  era extraño ¿Cómo tanta hermosura podía ser creada con tanto dolor? Ni siquiera con esa parte de sí misma que era una deidad pudo entenderlo, tal vez la única respuesta la tenía su imagen contraria, y entre pensamientos noto que ya había llegado a la entrada de los aposentos del principal.

Como lo imaginaba y como era la tradición Typhon la esperaba como esperaba a todo iniciado para culminar su iniciación.

-no puedo decir que vuestra presencia es bienvenida y no me alegra ver al mismo humano dos veces.

-¡no me importa lo que sientas o lo que te guste! No vine aquí para hablar con un Dragón pero solo escuchare de tu siniestra boca una sola respuesta. ¿Dónde están los demás dragones?

-¡de cordera a león! Típico de su majestad y aquí no tenéis voluntad, solo pasad yo os llevare con mi padre como lo hice un tiempo atrás y admito que disfrute de vuestras lágrimas.

Es difícil ver a un dios ser callado por un ser inferior a él, pero sucedió, Amy bajo suavemente el rostro pero su iris izquierdo cambio a una forma reptil, así como los tenía la deidad de la luz

Ambos caminaron un pasillo que se hacía interminable; en las paredes estaban guindados miles de espejos y mientras caminaba, Amy veía su reflejo que solo cambiaba en una sola cosa, en cada espejo tenía una expresión facial diferente, en unos tenia diferentes sonrisas y en otras llantos y rostros de desesperación.

-¿te gusta jugar conmigo, Thyphon? Susurro

-¿tenéis algún problema con eso? Si, disfruto ver como ese lado humano aun domina tu mente y me gusta ver cómo te afecta pero la verdad es… yo no tengo nada que ver con esos espejos.

-¿estás seguro? ¿Cuánto tiempo más me harás perder el tiempo? ¿Dónde está tu padre?

-¿creéis que me gusta estar al lado de un ser como vos? No, y mi padre esta en algún sitio divirtiéndose de vuestra expresión seria que esconde a alguien tan frágil

-¡Basta de juegos! Grito Amy

Con su grito el pasillo se desvaneció y reino nuevamente la oscuridad pero, poco a poco las baldosas parecían una tras otra formando una gigantesca habitación y en el centro estaba el con su blanca armadura acompañada de una sutil aura tan blanca como su armadura.

-Recuerdo que tu aura no era tan débil. Exclamo Amy

-y yo recuerdo que vos no habláis así. - Replico el principal con una torcida sonrisa

-ahora dime ¿a que se debe vuestra presencia? No me digáis que no te gusta lo que he hecho con este ínfimo planeta

-¡quiero oírlo de tu boca!

-¿Qué quieres oír?

-¡maldita sea! ¿Por qué haces esto? Si tanto quieres morir ¿Por qué no agarras tu espada y te quitas la inmortalidad tú mismo?

-¡porque quiero que lo hagáis vos! ¿No lo entendéis?

-somos la misma conciencia, ¡¿Qué importa si yo te mate o tú te matas?!

Con estas palabras el principal abandono esa sonrisa y mantuvo sus ojos cerrados como era su costumbre.

-¿Por qué rompiste el convenio que sellamos con la sangre de ambos?

-¡cállate! Grito el  Principal lanzándose hacia Amy colocando el filo de su espada sobre su cuello

-¡vos creaste ese convenio! Lo hiciste para… ¡que los humanos decidieran quien ganaría! Pero ¿sabéis qué? Mientras estabais en vuestro reino abandonándolos ante su propia suerte, yo, yo les sembré la oscuridad en sus almas. Siempre ha sido así, desde las creaciones pasadas hasta la actual. Y ¿sabéis algo? Vos la rompiste

Amy cerró los ojos igual que el principal y en ese justo momento la otra mitad de su conciencia donde vive esa deidad gano la batalla que se libra en su mente.

-¿Por qué nos separamos? susurro

Ambos se quedaron callados pues sabían que ninguno de los dos tenía la respuesta.

-ningún dios puede ser tan débil y benevolente y si lo es, vos ya podréis ver las consecuencias Dijo el principal

Ambos se miraron con los ojos cerrados, ambos tomaban sus propias decisiones pero en el fondo, aquello que los unía tomaba la misma decisión. Tenían que morir al mismo tiempo.