Triste Destino
era extraño ver como a pesar de que abrí mi alma y mi mente ante este ser que parece humano mas no lo es, su rostro mantenía una fría y sin vida mirada, trate de explicarle todo lo que he vivido durante todos estos años pero era como si no le importase, pero al mismo tiempo parecía entender mis palabras. Trataba de recordar aquellas cosas que aprendí sin ninguna razón; me dolía la cabeza con cada fugaz pensamiento pero aun cuando decía las cosas que podía hacer a el no le impresionaba aunque cualquier persona pensaría que este demente.
era extraño ver como a pesar de que abrí mi alma y mi mente ante este ser que parece humano mas no lo es, su rostro mantenía una fría y sin vida mirada, trate de explicarle todo lo que he vivido durante todos estos años pero era como si no le importase, pero al mismo tiempo parecía entender mis palabras. Trataba de recordar aquellas cosas que aprendí sin ninguna razón; me dolía la cabeza con cada fugaz pensamiento pero aun cuando decía las cosas que podía hacer a el no le impresionaba aunque cualquier persona pensaría que este demente.
-¿eso es todo lo que sabes? Exclamo fríamente
me quede frio al ver que no le impresionaba, aun cuando le demostraba que de alguna forma predecía
el futuro, aun cuando podía ver el fuego cruzado durante los tiroteos como si
se movieran en cámara lenta, aun cuando podía ver en el rostro de cualquier
persona si en esta dominaba la oscuridad que cegaban sus pensamientos.
-¿crees que eres especial? Volvió a replicar
-no lo sé- le dije mientras bajaba la mirada con
incertidumbre
-pues no lo eres.- Susurro cerrando sus ojos
Mi sangre hirvió de la rabia, no soportaba verlo haciendo
caso omiso de mi dolor y de aquellas cosas que me pasaban sin razón alguna.
-¡no me mires así! Y ¡te demostrare que mis palabras son
ciertas!
Pero aun cuando no moví ni un solo musculo se apareció detrás
de mí en un pestañeo de mis ojos
-aun cuando quieras pelear, tienes que saber que… no te
puedes comparar conmigo…- susurro en mi oído.
-¡cállate! Le volví a gritar tratando de golpearlo
-aun cuando creas que eres especial, la verdad no puedes
compararte conmigo, y mucho menos a los caídos que pronto conocerás.
-¡te dije que puedo ver y sentir el futuro! Exclame grirtando
-te aseguro que ese futuro no dura más de 6 segundos. Dijo magnánimamente
-¿Cómo lo supiste? Replique asustado
-no se quien seas pero te tendré que explicar muchas cosas
en nuestro camino, aun no lo entiendes pero tenemos un triste destino, destino
que puedo sentir en mi corazón mas no lo veo en mi mente; tu solo le haces caso
a tu mente por eso no sientes lo que te dice tu corazón, eres un iniciado
incompleto y no sé quién te quito esa venda de los ojos pero no es suficiente
como para que luches conmigo.
-¡cállate y pelea!
Aun cuando me concentraba para que el tiempo transcurriera más
lentamente este ser se movía como una
sutil niebla desviando mis puños.
-te lo dije, incluso tu percepción del tiempo es distinto al
mío por lo cual ahora sé que has sobrevivido por algún designio de las
deidades.
-¿deidades? ¡No creo en dioses!- le volví a gritar
-pues deberías… son tan reales como ese leve futuro que ves
con tus ojos
Caí en el suelo dejando que mis lágrimas recorrieran mi
rostro, pero en vez de furia solo sentía incógnitas.
-¿Qué quieren de mí?- le dije con tristeza
-no lo sé pero… ya te iré mostrando que eres y que soy yo,
pero primero… tienes que saber que tengo muchos nombres.
-si es así y si existen dioses ¿eso quiere decir que eres el
diablo?
Pasaron varios e incomodos minutos, dentro de mí quería confirmarlo,
quería sentir que eso reconfortaría mis dudas y con cada segundo mi
desesperación crecía
-y si lo fuese ¿Cuál sería el problema? Siento que eres
impaciente y eso se considera una profunda imprudencia entre nosotros
-¡eres el diablo y yo un caído! Grite con miedo
-no, no soy el diablo y la verdad, si un ángel que renuncia
a su promesa es un caído entonces yo soy uno también, así como tú.
-¡eso es mentira! Yo no he hecho nada malo…
-¿eso crees? ¿En verdad lo crees? Todos hacemos daño aunque
no queramos; si dices una mentira te harás daño a ti mismo, si haces llorar a
alguien entonces le haces daño, por lo cual todos aunque no queramos admitirlo
somos malos.
-¡yo no desee esto! Le volví a gritar
-¿eso crees? De verdad ¿nunca deseaste tener el poder que
tienes ahora? ¿De verdad nunca quisiste jugar con el tiempo, saber el futuro y
ver a través de la mente de las personas? No te mientas a ti mismo y ya dejemos
de juegos, mi último nombre fue Dumahel y antes de él me llamaban Corvus.
-¿y tú primer nombre? Pregunte suspicazmente.
-la verdad… ya no lo recuerdo-dijo con tristeza
-¿y de dónde vienes?
-¿Por qué me interrogas? ¿Aun crees que soy maligno?, pues
tal vez lo sea pero mi intención es no serlo; alguien te guio por el reino del
principal, y como nunca te he visto puedo intuir que fue ella quien te mostro parcialmente la verdad,
aunque es verdad… no recuerdas todo lo que viste en unos segundos y es
entendible.
-¿y que le paso a este mundo?
-tu sabes lo que paso mas no te escuchas a ti mismo, solo
escuchas tu desdicha y tu sufrimiento y por eso te diré, la deidad que controla
la luz fue asesinado por tu supuesta maestra, ahora el equilibrio está roto,
las reglas no existen y tu mundo está pasando por el sendero de la muerte, el tiempo ahora no transcurre
como siempre lo sentiste transcurrir, ahora el clima es tan frio como el ártico y tan caliente como
el sol pero todo es mental por eso
algunos humanos incluyéndote no han muerto más a algunos les domino más su
oscuridad y por esto vives en este genocidio.
Siempre lo supe, su respuesta era exactamente lo que miraba
tras ver a esa moribunda luna en estos días que son como la noche, por eso es
que llueve y nieva al mismo tiempo, por eso que la luz se mezcla con la
oscuridad dando ese tono rojizo al mundo…
-¿Quién es la deidad de la oscuridad?- Pregunte desconcertado
mientras me sentaba entre las baldosas
de la fortaleza.
-nosotros lo llamamos el principal y no te confundas, su
apariencia es todo menos lo que te imaginas aunque tengo que decírtelo, las
deidades tienen propósitos desconocidos incluso para nosotros; Lo que siento en
mi pecho son las ordenes de ambos, y te aliviara saber que los designios de la
deidad de la luz son leves pero no han cesado. ¿No muy lejos de aquí hay un
mar? Siento como este me está llamando.
-Debemos partir, y no te preocupes si no digo nada, entenderás
todo a su tiempo, engendras cuando tú mismo los veas.
-¿a quienes? Pregunte con miedo
-a los dragones. Dijo con una sonrisa