sábado, 6 de diciembre de 2014

El mundo del Equilibrio 3 - Capitulo 9 - Los Dragones

El mundo del Equilibrio 3

Capitulo 9

Los Dragones

Por un momento sentí que el mundo no había cambiado, “algunas cosas nunca cambian”  eso pensé al ver las olas rojizas  del mar rompiendo con la playa, en mi mente me imaginaba el canto de las gaviotas en un día normal de verano, es reconfortante ese sonido cuando cierro mis ojos tratando de olvidar la presencia de Dumahel que está parado detrás mío, tal vez este mirando con los mismos sentimientos de esa sutil y esporádica paz que te produce el sonido del mar.

-tengo que admitir que… jamás pensé volver a sentir esta quietud- dijo el mientras  veía el mar con sus brazos cruzados

Y como si fuera parte del destino, empezamos a ver como  los copos de nieve ensangrentadas caían desde el horizonte y algunas gotas de agua los acompañaban; el sol estaba a punto de decirnos adiós más sabíamos que no había diferencia entre el día y la noche, esto nos hizo pensar que no todo estaba perdido.

-¿Qué es justamente lo que quieres que vea Dumahel? Pregunte desconfiado

-tenemos más de dos horas acá esperando que recuerdes… y aun no lo has hecho ¿Cuándo vas a dejar de usar tus ojos? Ellos solo te muestran una simple ilusión, aun estas embelesado por el mar y por la lluvia mezclada con la nieve.

-¡no entiendo que deseas! Me dijiste que entendería todo al ver a los dragones  y yo n veo más nada que este ensangrentado mar

-¿Por qué  no los veas eso  quiere decir que no estén delante de ti? Aunque me esperaba esa respuesta… conoces aquellos sentimientos que te harán ver pero… no los controlas ¡inténtalo! Cierra tus ojos y trata de recordar lo que yo no he visto, por eso no te puedo ayudar.

Con un suspiro de aburrimiento cerré los ojos sintiendo la extraña luz del ocaso atravesando mis ojos pero no veía nada aunque me sentí mareado, algo dentro de mí me decía que tenía que concentrar mi energía sobre mi frente y poco a poco  vi aquella nieve cayendo sobre mí y Dumahel, era como si flotara sobre nosotros y recordé aquella risa, risa que estremecía cada célula de mi cuerpo, sonrisa que hacía que viajara por las ruinas del mundo viendo como el legado de la humanidad poco  a poco se convertía en polvo sobre… ¡la tumba de un cementerio!

-polvo sobre la tumba de un cementerio…. ¡polvo sobre la tumba de un cementerio!

Así pude ver como los recuerdos de mi vida volvían a mí, recuerdo a mi familia, amigos y aquella mujer  que era lo más importante para mí,  recuerdo los dulces besos que sentía con toda mi alma, recuerdo mis cumpleaños, recuerdo aquel día en que  sentí la vida como una ilusión más… sabía que algo no estaba bien.

-el ser humano es amor, el ser humano es odio, todo es dual… las alegrías son como una confusa letanía y la tristeza parte de ese infierno que ahora veras.

-ahora la recordé a ella, si aquella mujer que me demostró que mis padres me tuvieron como un error, ellos ni siquiera querían que yo naciera, así también supe que el amor de mi vida era solamente una ramera ya que pude ver cómo me había sido infiel no una sino docenas de veces, recordé que con cada año que cumplía mi inocencia se esfumaba, ahora todo se mezclaba entre hermosos recuerdos y eterno rencor, el amor y el odio se hacían uno y si… logre ver el reino de aquel que llamaban el principal, pude sentir la desesperación de mi maestra al sentir que pronto la violarían, pude sentir el amor que le tenía al mundo y a su madre y entre sentimientos pocos estables pude empezar a ver que había a lo lejos frente a mí.

-a esto le llamamos el equilibrio, nunca lo sentiste pues estabas muy ocupado en tu asquerosa realidad

Me erguí sobre la arena de esta playa y lo vi a él, antes solo sentía miedo pero ahora su presencia era magnánima e imponente, el me dedico una sonrisa al posar su mano sobre mi hombro y con la vista me invito a ver hacia el horizonte.

Caí de rodillas al verlos, aquellos dragones que gritaban y volaban  sobre una especie de templo que flotaba sobre el mar, un templo blanco que despedía un aura más blanca que cualquier cosa que un ser humano jamás ha  visto, los dragones luchaban entre ellos como si estuvieran jugando pero uno a uno se detenía para mirarnos y seguir con su vuelo.

-Typhon, Apep, Lothan,  Drakon y Leviathan, los 5 seres que nacieron de  la naturaleza creada por el reino del principal, son seres considerados divinos  más aún que los caídos pues ellos nacieron de la nada y nada nace del absoluto vacío, son las mascotas del principal y son parte de él, desde el principio de los tiempos y existencias se les llamo dragones y no pueden ser destruidos sin destruir al principal por esto son verdaderos inmortales, ellos aprendieron como tomar forma humana y pueden entrar en cualquier plano y universo sin restricciones, desde el reino del principal hasta el plano de la luz.

Me quede viéndolos mientras trabajaba en la siguiente pregunta que le haría a Dumahel,  y tenía que admitir que su presencia no me provocaba miedo.

-si esta guerra acabo con todos los antiguos seres de luz y oscuridad ¿Por qué los dragones no mataron a la deidad de la luz cuando pudieron hacerlo?

-¿acaso yo estaba hay cuando sucedió eso? No lo  conozco todo, esas historias simplemente  se nos pasó de maestro a alumno desde el comienzo de esta existencia.

-ahora ¿Qué hacemos Dumahel?

Sin decir nada Dumahel comenzó a caminar sobre el rojizo mar y poco a poco se alejaba más; yo no entendía como podía caminar sobre el agua y tímidamente vi que no me india y lo seguí con cierta timidez.

-¿Por qué caminas tan rápido? Le pregunte pero ni siquiera susurro una respuesta, aunque solo habían pasado unos pocos minutos ya casi no se podía ver la orilla de la playa y cada vez estábamos más cerca del palacio, Dumahel estaba como hipnotizado y su mirada se perdía en el horizonte, su armadura se desvanecía como fino polvo más  mis ropas cambiaban a algo más medieval.

Pero nada me había preparado para verla a lo lejos y aunque la distancia que nos separaba era considerable podía sentir su fría y cambiada mirada, su inexpresivo rostro que escondía un poder  incomprensible para un humano, en su mano izquierda tenía una rosa que goteaba sangre y en su mano derecha cargaba una larga espada

-¡¿Qué hacéis vosotros acá?! Grito al apuntarnos con su espada…