El demonio en sus ojos
La última vez que sentí este dolor fue en el reino donde no existe ninguna esperanza; he
pasado desde que cayó la noche más de dos horas intentando sanar mis herida
pero…. Todo intento es banal. Aunque he gritado de la desesperación no he
aceptado que ya he vuelto a ser un
hombre de carne y hueso, un hombre que siente, sufre y puede llorar. La idea no
se me es agradable, he tenido el poder por tanto tiempo y tantas décadas que ya
no sé qué es la vida fuera de las infinitas posibilidades que produce la
transmutación de energías
-Maldita sea… ¡maldita sea!- gritaba mientras apretaba las
heridas con algo de tela que le arranque
a aquellos asesinos y afortunadamente… la bala atravesó mi pierna sin llegar a
tocar el hueso, es un consuelo de
idiotas pero agradezco que así fuera
A pesar de tantos gritos y sonidos de detonaciones que se
escuchan a lo lejos aquel niño seguía durmiendo plácidamente; no se me hacía
extraño. Todo hombre que va vivido la guerra desde su nacimiento puede
entenderle, no conoce otra vida, la muerte
es su desayuno matutino, el sufrimiento es aquel deseo que se espera
desaparezca en cada sueño. El hambre y el miedo son lo único que puede ver de
las estrellas.
¿Cómo lo se? Es una buena pregunta… eso mismo me pregunto
ahora que ya me quedo acostado viendo a las estrellas. ¿Cuándo fue la última
vez que hable con ellas? ¡sí! Fue en la primera noche después de largarme del
templo del ya fallecido maestro vampiro.
Recuerdo que aquella noche les hable, a pesar de ser tan
soberbio aún era algo inocente y me gustaba hablarle a mi madre como si ella
estuviera viajando en las estrellas, recuerdo que les conté que quería ser
inmortal y que para lograrlo tenía que ser más duro de corazón y hablarles era
un síntoma de debilidad y por eso jure que jamás volvería a quedarme viendo un
cielo estrellado.
¡Que infantil era en ese entonces! Aunque, sabía las
consecuencias de mi sueño, también dicho anhelo me alejaría cada vez de la
cordura y de aquellos que verdaderamente se preocupaban por mí y entre ellos
estas tu Jared… me hubiese gustado haber muerto a tu lado pero… ¿Qué coño estoy
pensando?
Araxiel se levantó torpemente del suelo apoyándose en todo
lo que veía estable y se quedó viendo a aquel niño que tenía sus mismos ojos. Pensó
en todo lo que habría pasado antes de conocerle, así también se le quedo
mirando, pues sabía que su destino seria aún más doloroso. La guerra puede
arrancarle la inocencia a un niño de un solo golpe y ya no quería ver a más
nadie sufrir
Desenfundo su pistola y le apunto directamente a la cabeza, sería
un disparo certero y sin compasión así su sufrimiento acabaría rápido y sin
dolor, jamás sabría lo que es el miedo, jamás volverá a tener hambre o sueño, y
jamás tendría que volver a ver a alguien morir
Y por primera vez en décadas el pulso de Araxiel vacilo,
aquel hombre que despreciaba la vida, tanto la suya como las de los demás vacilo,
pensó que tal vez ese niño fuera él en otras circunstancias mas ¿Qué relación podrían
tener? ¿Por qué mi ente vacila al apuntarle? ¡¿Por qué no puedo matarle?! ¡Deseo
que mueras! ¡En mi mente ya estás muerto! Pero aun así ¿Por qué no puedo halar
del gatillo?
Araxiel por más que lo intento no pudo dispararle y al desviar el arma su instinto volvió logrando
dispararle a pocos centímetros de la cabeza del niño
Este se despertó bruscamente gritando y llorando, mas no
dijo una sola palabra. Corrió hacia una esquina y se sentó llorando sobre
escombros. Sus rojizos ojos brillaban en la oscuridad y de sus labios salían versos
en el idioma de los muertos.
Araxiel poco a poco entendía… lo mismo le pasaba cada vez
que o se asustaba o estaba decidió a matar a alguien.
-discúlpame… pero…
-¡cállate! No sabes por lo que he vivido- interrumpió bruscamente
-Araxiel se le acerco pero el niño seguía insistiendo en que
se mantenga alejado
-¿Cómo te llamas? Pregunto secamente
-cállate… ¡cállate! Ellos
se acercan…
-¿quiénes se acercan?- Volvió a preguntar
-los demonios de mi mente… ¡ellos se acercan!
-maldita sea ¡dime! ¿Cómo te llamas?
-¡no lo sé! Ellos me llaman… me llaman ¡Anon!
-¡maldita sea! Lo sabía… este es otro plano existencial dime
rápido ¿Cómo se acercan? Dime o morirás
-Anon empezó a reír a carcajadas
-¿morir? ¿Yo? El que va a morir eres tú, aquellos hombres tenían
meses cazándome, sabían que ellos existían gracias a mí, en cada noche los veo
en mis pesadillas y siempre aparecen cuando las estrellas se esfuman una a una.
En ese instante todo lo que emana luz se opaca y llegan ellos a descuartizar
cualquier cosa que se mueva más nunca llegan a tocarme…. Jajajaja
A lo lejos se escuchaba el rugido de miles de demonios que
se acercaban mientas las estrellas se opacaban una tras una.
-Todos saben que llegan unas horas después de cada anochecer
y todos tienen mis mismos ojos, los hombres saben de mi a través de una leyenda
que con el tiempo se hizo realidad, todos cazaban a alguien que tuviera los
ojos del infierno y luego me cazaron como a un perro y tu…. ¡tú! los condenaste
a morir ya que ellos solo buscaban
salvar sus vidas como la de los suyos y tranquilo… ¡yo veré como te comen vivo!
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