sábado, 20 de agosto de 2011

El Mundo del Equilibrio Capitulo 12

Capítulo 12
La llegada
Al caer la lagrima al suelo como un pequeño cristal rompiéndose en una habitación vacía, este hacia un eco diminusculamente extraño, aquí las personas no lloran, pero tampoco expresan su alegría, una lagrima es tan  extraña como ver la luz del sol a media noche en un día de verano. Inmediatamente Araxiel y Dumahel detuvieron su discusión, solamente desviaron sus miradas lentamente hacia ella.

Aun ella mantenía su mirada en el muro que separaba este mundo con aquel donde la esperanza es solamente un vago recuerdo, sus ojos cambiaban de rojizos a blancos constantemente, desde aquella distancia solo imágenes de dolor aparecían a su vista, no tanto de dolor por el mundo sino agonía al ver a sus amados consumidos por las eternas torturas, podía ver guerras desde los inicios de los tiempos, momentos de masacres y carnicerías, violaciones, muerte y mas muerte… aun seguían saliendo lagrimas de sus ojos, ella seguía viendo mas muerte en un segundo de lo que un hombre de guerra recuerda cada noche de su atormentada existencia en sus sueños. Araxiel se  acercó con su ya acostumbrada estirpe, solamente le cubrió sus ojos lentamente con sus manos y ella volvió a desmayarse.

Ella solo pudo recobrar la conciencia de forma esporádica, solo escuchaba la conversación de su maestro y su señor

-ella apenas controla su propia existencia- dijo Araxiel

-aun no ha llegado su momento, tendrás que ir con ella, atravesar la muralla y lo demás no tengo que recordártelo.  ya ella sabe la moneda que se le pidió por conocer la verdad. Y a la final todos nos preguntamos ¿Qué es la verdad?  Solo cada uno de nosotros conoce su propia verdad de lo que es ya nuestra extraña existencia-  exclamo  Dumahel

Dumahel se acerco a la silla donde Araxiel volvió a dejar a Amy, el se quedo viéndola y lentamente aproximo sus dedos a su rostro, a pesar de la gran belleza de Amy Dumahel solo trataba de despertarla lo más delicadamente que pudo. Ella abrió sus ojos lentamente

-esto pasa al ver la muralla directamente por primera vez, es la señal de que has controlado el equilibrio pero aun falta un poco más-

Ella volvió a sonreír e inmediatamente Dumahel dio un salto atrás, hacia siglos que no veía a alguien sonreír de esa forma.

Araxiel recogió sus brazos al ver a su compañera jugar con su propio poder

-No juegues con estas cosas Amy- dijo

-no estoy jugando con nadie, ¡soy así! no pueden obligarme a estar eternamente seria como ustedes
-
Dumahel volteo su mirada hacia Araxiel, observándolo de forma abrumadora, se levanto caminado hacia el balcón, puso sus manos sobre la muralla.

-recuerdo la primera vez que vi esta muralla. Hace tantos siglos que ni siquiera Araxiel había nacido, recuerdo mi inocencia igual a la tuya Amy, pero con el pasar de los siglos ya no hay más razón para reír, después de luchar con este mundo que se te muestra a tu vista ya no hay razones para sentir alegría, aun recuerdo aquellos años que aun estaba con los míos, a veces sueños con ellos despierto, ojala que nunca se opaque esa esperanza que vi en esa sonrisa-

-¿perdiendo tu sobriedad Dumahel?- dijo Araxiel

-¡no he perdido nada! algunos no tenemos la suerte y la dicha de haber perdido todos sus sentimientos cuando controlo el equilibrio-

-Amy no hay nada para ti aquí, solamente muerte, aunque ya elegiste y no tienes regreso solamente puedo decirte esto-

Amy asintió con la cabeza. De repente sonaron tres golpes de la puerta de madera seguidamente de forma lenta, luego esta puerta se abrió rechinante y Amy pudo ver un Hombre de oscura Armadura y cabellos largos y blancuzcos, ella noto que esta armadura no tenía una forma típica, era delgada y más que todo parecía adornar su sereno perfil.

-El señor de los caminantes llega como una sutil brisa indeseable- dijo Dumahel

-como siempre mi señor, lo tomare como un cumplido-

Aquel hombre desvió su mirada hacia Amy

-Tú debes ser aquella criatura que pude ver en los acantilados cercanos a la zona este de este encantador mundo lleno de pestilencia, mi Nombre es Sirrah y eres más bella que mis añorados y amados atardeceres antes de conocer la verdad-

Sirrah se inclino tomándole la mano derecha a Amy  dándole un beso

El se le quedo mirándole directamente a los ojos

-hmmm que vida más encantadora… luego de vivir tras la sombra de tu belleza atrapada dentro de la flor de la hipocresía, se que todo el mundo te trataba como una bella muñeca, pero dentro de ti ohh como la soledad gobernaba tu triste corazón, querías encontrar la razón del porque sentías tal dolor dentro de tu pecho, siempre vistes mis amados atardeceres igual que yo; cada día en el parque que quedaba cerca de tu llamado hogar, pasabas tiempo viendo como el viento movía las hojas que caían de aquellos antiguos robles, con ese dolor en tu pecho, luego de que las noches llegaban a tu vida te quedabas viendo las estrellas desde el porche de tu habitación y cada una de ellas eran gotas de sangre que salían de tus ojos, nunca comprendiste a la humanidad y por eso estas aquí, nada es casualidad, todo tiene su causa y ahora vives sus efectos.

-¿Nunca dejas de ver el alma de las personas Sirrah?-

-¡Jamás! Me encanta ver la tristeza de la vida en cada hombre, sobre todo si es una bella señorita. Deje mi armadura formal en mis aposentos, sabes que me gusta andar ligero dentro de la fortaleza-

Sirrah se dirigió al porche donde estaba Dumahel, él se puso a su lado sacando otro cigarro encendiéndolo con algo de fuego que creo con su pulgar.

-¿Qué podría ser más bello que ver esta muralla todos los días desde este sitio?- dijo Sirrah mientras lanzaba bocanadas de humo de su cigarro

Un silencio abordo la habitación por unos minutos mientras Dumahel y Sirrah veían las planicies y el gran muro de fuego.

Araxiel se acercó a Amy y le volvió a agarrar de su mano y se disponían a salir de la habitación, pero en este momento Sirrah se volteo

-¿tan rápido te vas? Sabes que solo vengo aquí si tengo noticias- dijo mientras lanzaba las cenizas de su cigarro al viento-

Araxiel se detuvo justo cuando se disponía a abrir la puerta.

-¿Qué pasa Araxiel?- Dijo Amy

-Di lo que tengas que decir-

-El caído Cypher está esperando muy cerca de la puerta con su ejército y sabes a qué me refiero con su Ejército- dijo Sirrah sonriente

-El solo me espera a mí lo sabes bien, él me ha esperado desde aquel día que Dumahel me llevo al otro lado para cumplir mi iniciación-

¿No me digas que también tengo que ir?- dijo Amy

Araxiel se volvió a agarrar de la mano con Amy y salieron de la habitación

-¿Por qué tengo que ir?-

-Porque esa es la única forma, tenemos que llegar al palacio del principal eso es todo lo que te puedo decir-

Dejaron de hablar todo el tiempo en que estuvieron atravesando la fortaleza, Amy solo pensaba porque tenía que ir a ese sitio  pero ya no quería escuchar la voz de su maestro regañándola, después de salir de la torre y caminar por los pasillos otros iniciados esquivaban la vista de Amy como si le dieran su pésame; dentro del corazón de Amy empezó a crecer una gran incertidumbre, ¿Qué podría esperarle allá que a todos le preocupa tanto?  No lo sabía, pero no sentía miedo, no sentía ni el más mínimo miedo, ya no tiene que sentirlo solo enfrentar su destino.

Al llegar al sitio por donde entraron antes uno de los guardias no esquivo la mirada de Amy solo la agarro de su mano izquierda que ella tenía agarrando en su pecho y este le dio una mirada dándole valor; Araxiel se detuvo mientras el guardia le daba fuerzas.

Mientras ella y Araxiel se acercaban al muro Amy retrocedió su vista a la fortaleza viendo tanto a Dumahel como a Sirrah  desde lo más alto. Ahora se quedó mirando la puerta de aquel mundo acercarse, ella sintió más intriga con cada paso que daba, ya no sentía miedo pero aun así no entendía que pasaba dentro de su mente y aquellos momentos que había superado volvían a tomar control sobre ella, sus cabellos volvían a ser blancos y sus ojos gríseos retornaban pero ahora ella comprendía, ahora controla sus emociones.

Cuando llegaron a la puerta los cráneos desfigurados y sangrantes no dijeron nada, solamente se abrió el camino  y los dos entraron agarrados de sus manos y cuando por fin llegaron al otro lado Cypher los esperaba con su sutil risa.

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