El mundo del equilibrio 2
Liberación
Capítulo 14
No dejaba de sollozar, aún tenía
muchas esperanzas de vivir feliz, mis lágrimas
caían sin descanso a las baldosas de mármol blanco del suelo, aunque mis
manos están tocando el charco de sangre
que estaba a mi alrededor, sabía que cada gota merecía estar fuera de mi
cuerpo, los 12 ángeles bajaron de sus tronos uno a uno y todos caminaban con
desesperante calma, cada uno fue desenvainando desde espadas hasta lanzas; con resignación
los mire, con ojos desesperantes acepte
que ya no merecía el don de la vida, mire a miguel que poco a poco abría los
ojos nuevamente, y así como sus ojos se mostraban ante mí, una grata sonrisa se
creó en su solemne rostro.
El más hermoso se puso detrás di mí,
y aunque no dejaba de llorar, Miguel seguía
mostrándome esa sonrisa, ohhh si… esa sonrisa que lograba llenarme de paz, me
resigne a morir como lo merecía mientras el más hermoso de todos los ángeles se colocó detrás mío, él ponía la punta de
su espada en mi cuello, a pesar de que apenas
tenía contacto con su arma, sentía el poderoso filo que este tenía.
-gracias por todo… Araxiel-
susurre con silenciosas lágrimas
Y en el instante que el subía la
espada para incrustármela en el cuello,
en ese instante paso a mi mente el día en que lo conocí, estaba yo
caminante, con aquel vacío corazón que no sentía nada por la vida, en esos
pocos segundos recordé la primera vez que vi a Araxiel sonreír, la primera vez
que lo vi llorar y por supuesto, me recordé a mí misma entre sus brazos, con
mis manos agarradas fuertemente a las suyas para no morir de frío en el mundo de los más
grandes horrores, recordé cuan vacía me sentí durante los años que camina
pensando en el desde el día que consume la maestría.
Cuando sentí al ángel gritar para
matarme mis lágrimas brincaron en el aire despidiendo gotas de luz y pasaron
algunos segundos, mientras me agarraba mi rostro ensangrentado, sentía otras
tibias gotas pasar por mi cuello.
-No creerás que te dejare morir
de esa forma, ¡tú no debes morir!- grito Araxiel mientras agarraba con sus manos desnudas el filo del
arma de ese ser, el más hermoso entre todos.
Me voltee con las ultimas fuerzas
que aun tenia dejando mostrar no lágrimas de dolor sino lágrimas de esperanza, estaba el no
solo apretando sangrantemente aquella
arma sino atravesando ligeramente el cuello del ángel.
-¡No te entrometáis en esto!,
vosotros sabéis que vos mecéis la muerte- dijo miguel con tono ligeramente
alegre.
-¿Quiénes son ustedes para
decidir si ella debe morir? Solo son unos hipócritas que están acá sentados
solo observantes de lo que pasa en el plano mortal, en cambio ella, ¡sí! Ella...
ella ha vivido todas las penurias que ha tenido que pasar para ser lo que es
ahora, y así mismo yo pase por todas las pruebas que su gran padre acepto que pasáramos,
por eso no merecen más que ser unos indolentes, y ¡si yo lo
digo! No me interesa si les guste o no, Ustedes ¡nos abandonaron hace
milenios! ¿Porque hacen que los humanos
tengan que pasar por todo lo que pasan mientras ustedes están acá en la gloria,
¡así cualquiera podría creerse el dueño de las vidas que no comprenden!- grito
Araxiel y extrañaba escucharlo hablar de
esa forma.
Miguel resigno levemente su
mirada y lanzo su mitológica espada al suelo.
-No os puedo decir que esa será la
verdad pues ni yo sé que es una verdad, y entre muchas de las blasfemias que
vos habéis expresado, en algunas tenéis razón.
Ahora el ángel más hermoso entre
todos bajo su rostro ante Araxiel y el
dejo de apretar la espada en el justo momento en que tanto Amy y Araxiel sentían
la cortada en sus manos; el ángel camino
rodeándolos varias veces viendo calmadamente a esos dos que eran uno solo en
realidad, hasta que por fin se detuvo frente a Amy.
-Me llamáis Gabriel, y
disculpadme, nada es casualidad, y aunque aún considero que merecéis la muerte,
en este momento vuestro amado me dijo una gran verdad, nosotros no os podemos juzgadles, solo el padre puede
hacerlo.
Mientras decía estas palabras Araxiel
volvía a expresar su descontento con una mirada, y sonreí, pues sabía que él
pensaba que Gabriel era el más hipócrita de todos.
Gabriel arrodillado beso la
frente de Amy con gran dulzura y
ella dejo de sangrar lentamente, ella solo mostró su magnánima sonrisa agradeciéndole a pesar de que el aun quería despojar
de su piel aquella radiante vida que siempre la caracterizo.
-¡ya deja de agradecer! que al único
que deberías agradecer es a mi aunque no quiero que lo hagas- exclamo Araxiel
Entendía que nadie me ayudaría a levantarme
y mientras lo intentaba, mas aberraciones pasaban por mi mente, con cada
intento el dolor de los seres humanos arrasaba mi imaginación, podía escucharles reír, podía escucharles llorar, pero aún seguía con la firme decisión de
lograrlo yo sola; incruste mi espada en el suelo buscando un apoyo y cuando por
fin me erguí sobre mis dos piernas, los vi a todos sobre todo, a Miguel que aún
no decía nada.
-seguidme y Araxiel ¿Por qué aun
sigues materializándote?
El sonrió levemente mientras se
ajustaba su armadura
-solo dejamos de existir cuando
nos olvidan… no necesito decirte más nada que eso, y aunque tal vez no pueda
volver, no quiero dejar de decirle unas
cuantas cosas a tu señor padre-
-lo se… dijo resignadamente
Aun caminaba torpemente mientras salíamos
de aquel castillo que era más un juzgado
que un castillo, pero había perdido casi toda la vida que aún puede notarse en
mi piel, no entendía nada, apenas me concentraba lo suficiente como para poder
caminar, aunque notaba que 11 de los ángeles nos rodeaban apuntándonos con sus
armas, mientras Miguel estaba más adelante caminando pensativo.
-todo lo que he hecho es por mi
familia, y mi familia es tanto mi padre como los hermanos que caminan entre vosotros,
pero, algo es diferente, ya este corazón tiene muchas dudas, que se me fueron creadas
al ver como lloráis con sinceridad.
Mis pasos eran lentos, mi mirada
incierta, apenas lograba medio extender mis manos para sentir la energía con que
estaba creado todo pues ya mis ojos no me dicen nada, y los cerré; que sorpresa
la mía, nunca había creído que mis ojos no me dejaban ver nada, ahora que los
cierro, comprendo que todo vibra, mostrando la verdadera belleza del plano de
la luz aun si, seguí extendiendo mis manos hasta que por fin Araxiel me la sostuvo.
-no te ilusiones, solo piensa que
es como en los viejos tiempos- dijo secamente
-como... en los... viejos tiempos-
susurre.
El aura de la deidad de la luz se veía
al horizonte, me asuste un poco pues me recordó aquellos instantes finales
antes de que mi antepasado maestro muriera pero ya no importaba más. Aún seguía
sintiendo todo el dolor, el sufrimiento, el hambre, la soledad, de la humanidad
pero también sentía todo aquello por lo que es necesario vivir, todo se
mezclaba alcanzando la verdad de todos los planos, el máximo conocimiento del
equilibrio estaba en mí, pero ya no sentía las fuerzas para utilizarlo y antes
de que llegáramos siquiera al pórtico donde
reside la deidad de la luz caí al suelo dejando que mi mente se liberara una vez
más de mi cuerpo.
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