viernes, 14 de diciembre de 2012

El mundo del equilibrio 2 Capitulo 5 Su presencia



El mundo del equilibrio 2

Capitulo 5

Su presencia

Ahora recorro las calles de Roma, quería visitar algunos sitios que siempre quise ir, ahora que el tiempo no es tiempo para mí,  las distancias se hacían tan cortas como si estuviera en el astral pues los días no son días, son simples pestañeos de mis ojos, apretaba tan fuerte el tallo de la rosa roja que sí… me cortaba y varias gotas de sangre recorrían mis dedos, el dolor era placentero, pues estoy sufriendo de forma distinta, todos los pensamientos de los hombres y mujeres que me rodeaban pasaban como susurros en mi mente, me aturdía tanto que caí al suelo agarrándome la cabeza forzándome a no escuchar sus pecaminosos pensamientos,  podía sentir sus problemas en mi corazón, tanto que caminaba aturdida entre los muchos cafés y restaurantes que podías encontrar en cada esquina, no cargaba dinero, pero me las ingenie para comprar un café, aunque no podía tomarlo.

-sígueme-

Esa voz era distinta no sabía si la había escuchado dentro de mi o era un simple susurro, Alce la vista , busque entre la multitud, pero nada más que banales problemas seguían aturdiéndome.
-¡Sígueme!-

¡Esta vez me asuste más! era un susurro para mis oídos. Lance el café corriendo hacia la calle, vi de un lado a otro desesperada.

-¿se siente bien señorita?-

Dijo un hombre preocupado pero, estaba tan irritada, tan molesta que no note que le atravesé el corazón con mi aura. El inmediatamente vomito sangre, y por supuesto esto creo un caos que no quería que pasara.

-trata de controlarte Amy, ¡Trata de controlarte!-

Me agarre de mis cabellos sorprendida por esta injusticia, por no mantener mi temple mate a alguien inocente, me agache y antes de que muriera le pedí perdón,  sabiendo que yo misma no me lo perdonaría. Y por supuesto… quedaría impune.

Llego la ambulancia y decidí irme,  vi hacia el otro lado de la calle y vi en el tiempo de un pestañeo un hombre con una armadura negra, apenas note sus ojos rojos y solo conocía a alguien con esos ojos. Me alegre tanto que corrí en esa dirección pero no había nada, seguía viendo en todas direcciones desesperada, y veía como esa entidad se mezclaba con la multitud. Corrí tanto como pude, pase entre las calles corriendo con solo leves rastros y algo dentro de mí que me decía hacia dónde ir, apretaba tanto las espinas de la rosa que agarraba con mi mano izquierda que mi sangre fluía libremente y caían gotas en la calle, atravesé templos, obeliscos, incluso pase al frente de la entrada al Vaticano.

-¿Por qué me haces esto?- grite mientras todos me veían como una loca. Me apene y seguí caminando  olvidando lo que paso.

Camine desconsolada, vi que me acercaba a la villa Borghese, me adentre en el parque más querido de Roma, es uno de los sitios más hermosos a donde he llegado y me senté debajo de un pino.

-¿no tienes dignidad?-  escuche a mi lado, me asuste tanto que voltee muy lentamente hacia el sonido.

estaba el mirando hacia el horizonte, con su Armadura, pero esa vez era más pesada, las hombreras eran rectangulares y muy gruesas , dentro de ellas y su capa era de tela aterciopelada roja, sus grebas  eran puntiagudas hacia las rodillas además estaba  armado hasta los dientes-

Me sorprendí tanto que me pare bruscamente y me puse delante de el

-¿Qué tanto miras? No me digas que se te olvido mi apariencia- decía tan secamente que no me importo su típica y fría forma de contestarme.

Me arrodille delante de él y mientras salían grandes lágrimas de mis ojos puse mis dos manos en su rostro, para luego decepcionarme al ver que mis dedos lo atravesaban como si él fuera tan solo aire.

-¿decepcionada?-

Dentro de mi dije si al relajar mis manos y sentarme frete a el de forma más cómoda.

-¿Cómo es posible? si tu estas muer…-

-solo dejamos de existir cuando nos olvidan-  decía mirándome a los ojos

Extrañaba ese desgraciado rostro sin sentimientos, pero no lo culpo, ya entendía sus razones; el viento soplo muy fuerte y mis cabellos bailaban con él. Saque una cinta azul  de mi bolsillo y me dispuse a amarrarme los cabellos con ella.

-¿esa no era mi cinta? Dijo mirando como una mariposa se sentaba en la rosa cubierta con mi sangre en mi mano izquierda.

-si… la agarre mientras estabas…-

-llorando lo sé… pero ya no me importa, ahora es tuya-  decía sin mover la mirada de la rosa.

-nunca habíamos tenido la oportunidad de hablar- dije con timidez

-¿y eso importa? Ya estamos hablando si te complace-

Me callo la boca como en antaño y me gustaba tanto, que sonreí.

-vas a creer que estoy loco pero… esa sonrisa no es tuya-

Me extraño muchísimo ese comentario aunque, era verdad.

-es hora de hablar de cosas serias y no sobre estas estupideces que estamos mencionando- 

Volvió a verme a los ojos. Y nos quedamos sin decir palabras durante unos minutos.

-¿Por qué estas acá en este plano? deberías estar allá sucumbiendo en los horrores del mundo donde no queda esperanza-

-que idiota eres… a pesar de tener mis conocimientos y todos los de nuestros antepasados a excepción de Dumahel no has captado y por eso decidí aparecer aunque fue gracias a ti, nunca me olvidaste en ningún momento y por ese vano e infantil deseo tuyo ahora estoy acá frente a ti-

Me moleste tanto por eso que el pasto que me rodeaba, se marchitaba lentamente.

-¡a ver si te controlas chiquilla! No puedes destruirlo todo solo porque te sientas mal por cualquier razón… ya vi como destruiste un pueblo entero y como has mostrado los conocimientos a un mortal... no importa si le borraste la memoria, y así hoy mismo mataste sin piedad a un hombre, y así como a él, le seguirás quitando la vida a tus pseudo semejantes, no te culpo, yo lo hice aunque fue porque yo si quería –

Mire hacia otro lado escuchado su consejo.

-te dijeron que si no te controlas el mundo que te rodeaba moriría de una u otra forma y ya está empezando... así que te calmas y ¡madura de una buena vez! Pero sé que no es esto lo que quieres saber, simplemente te estoy educando.

-¿Por qué los sueños?-

Al decir esto desenvaino su espada y  se quedó viendo su filo

-si en ti estoy no solo yo sino los que me antecedieron viviendo contigo ¿esperas que no tengas recuerdos y memorias de todos ellos? Sigues siendo muy inocente. A pesar de ver tanto dolor… y… eso es bueno-

-en aquel sueño el hombre…-

-se llamaba Mebael, y él estuvo mucho antes que yo y mi antepasado principal Dumahel-

-bueno él sabía que estaba viviendo sus recuerdos pero ¿Cómo? Si eso pasó mucho antes que nosotros-

-¿aun crees que el tiempo es tan fácil de comprender como te lo enseñaron antes de mostrarte este universo? No Amy el tiempo y su trascurrir está más allá de nosotros, todo pasa por una razón, y está más allá del principal o cualquier otra deidad, solo ellos entienden su macabro juego donde nosotros solo solos piezas que mueven a su extraño e incomprensible antojo-

Me sentía regañada, y era lo que esperaba, mi mente ya sabía todo esto pero me negaba a comprenderlo a menos de que el me lo dijera. Ahora limpio la rosa que estaba manchada de sangre.

Araxiel se levantó envainando su espada.

-cuando ya dejes las malcriadeces y comprendas tu poder, llega  al equilibrio, ya di el primer paso de ahora en adelante te toca a ti-

Cuando pestañee ya no lo pude ver. Pero sabía que estaba aquí conmigo,  ¿Qué quería decir conque llegara al equilibrio?, no lo sé pero por ahora me reservo la duda…





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