lunes, 17 de diciembre de 2012

El mundo del equilibrio 2 Capitulo 6 Aceptando su destino


El mundo del equilibrio 2

Capítulo 6

Aceptando su destino

Había viajado hacia la costa, allá en Sorrento, quería ver el océano como lo recordaba desde muy joven, he aceptado mi futuro, he comprendido mi destino, acepte la oscuridad en mi universo, aquella que me ha aturdido desde ya hace bastante tiempo, acepte que dentro de mí la luz crece escondiéndose en mis propias tinieblas, me acerque al risco que estaba próximo al mar escuchando las olas golpear contra la costa y las rocas que formaban este risco, me quede viendo mis manos, abriéndolas y cerrándolas paulatinamente, me gustaba el sonido de las olas rompiendo con la costa, pronto anochecería, y quería volver a despedirme del sol como aquella vez, pero ahora lo apreciaría con toda mi alma, el océano era azul y pronto las tinieblas cubrirían todo, podía crear luz con mis manos pero solo quería maravillarme con la naturaleza; la brisa era relajante, y en el  horizonte estaban todos los colores que describen un hermoso ocaso, me solté el cabello para poder ver la cinta azul, después de verla agitarse por el viento deje que ella se deslizara entre mis dedos y la fuerte brisa se lo llevo, estaba sonriente mirando el ocaso pero… sorprendentemente la cinta cayo entre mis piernas.

-otra de tus sorpresas mi amado- dije sonriendo al volver a agarrarla y guardarla en mi bolsillo.

-¿no querías que viviera mi vida? Entonces ¿para qué quieres que regrese a ese mundo?-

Ahora fue el viento quien me contesto, la brisa se hizo más sutil pero ella me susurraba una silenciosa respuesta en mis oídos. El sol pronto se ocultaría pero antes… antes tenía que ser lo que tengo que ser; Volví a agarrar la rosa y aparente lo más fuerte que pude dejando que sus espinas volvieran a desgarrar mi piel, deje que todo el odio de mi sufrimiento hecho vida renaciera y el odio que aún vivía en mis antepasados posesionados en mi volviera, pero recordé todo el amor que le tenía a los verdes campos, todo el amor que sentía por la vida, todo el amor que sentía por el océano y todo el amor hacia mi maestro.

Gracias a esto me odie a mí misma, odie lo frágil que me sentía, la sangre fluía otra vez de mi mano y con ella forme un circulo con una simbología nigromántica, no podría describirlos porque mis ojos no los entendían pero mi mente si, ellas se formaban solas con mi sangre… maldije al mundo y lo bendije al mismo tiempo, quería ser fuerte, tanto que nada me lastimara, destruí mi traje, lo fui desgarrando poco a poco con rabia, el mundo se hacía azul y muy frio, vi al sol con odio pero vi al cielo agonizante con amor, quería ser libre, liberar mi mente de todo dolor y grite… si, grite con toda mi alma, caí al piso arrodillada viendo mis manos cerrarse expresando toda mi furia por ser lo que ahora soy, mi corazón colapso, y con todo mi dolor expuse mi aura sin ninguna restricción, ella creció a mi voluntad, aunque en ese momento mi voluntad era destruirlo todo y recordé a Araxiel gritarme que madurara, que me controlara a mí misma, así que seque mis lágrimas y me erguí, mientras lo hacia el sol terminaba de agonizar para que la noche tomara posesión en este lado del mundo.

-es tiempo de decir adiós- dije justo cuando terminaba de llegar al equilibrio.

Me erguí y cuando el sol desapareció del horizonte, el tiempo se detuvo, los pájaros se detuvieron en el aire, los arboles próximos al risco que se movían con el viento se congelaron, pues un nuevo sol nació donde aquel había muerto, este sol era gris, los animales desaparecían paulatinamente al tocar sus rayos, los arboles volvía a moverse con el gélido viento,  aunque antes existía un cálido ambiente ahora el frio persistía tanto que tu aliento se podía ver al respirar.

Me quede callada viendo al mar cambiar de un color azul verdoso a un rojo sangre, y mientras yo lo veía con tristeza mi puño destruyo la rosa, en ese brazo mi aura comenzó a tomar forma involuntariamente, primero en mi brazo izquierdo para continuar por todo mi cuerpo, esta se convertía en una armadura porque yo quería dejar de verme como una inocente rosa y ser lo que ahora soy,  pero quise que fuera algo diferente, los falanges de los guantéeles eran puntiagudos, las hombreras parecidas a las de  la armadura de Araxiel pero sutilmente más delicados a la vista, toda la tela incluyendo mi capa era azul como la cinta que guardaba celosamente. Ahora lloro lágrimas de sangre mientras le sonrió al sol y al mar.

-¿no te gusta sentir todo ese poder correr por tus venas?- decía Araxiel detrás mío colocando su mano en mi hombro. Y así otro incomodo momento volvió a suceder entre nosotros dos.

-no lo sé… tal vez si, o tal vez no-

El cielo era tan gris como el sol pero a pesar de que este se elevaba donde había muerto, del cielo salían fuertes rayos de luz, y mientras observaba este nuevo mundo Araxiel me dio varias vueltas observándome detenidamente.

-ahora si pareces uno de nosotros, ahora eres una maestra- dijo al ponerse frente a mí de nuevo, y yo tan solo le sonreí con toda sinceridad.

-ahora si… este es tu verdadero sonreír- me dijo al acercarse al risco.

Se lanzó hacia el océano pero ya no tenía miedo y antes de irme con el camine entre varios árboles, los toque sintiendo sus cortezas, me despedí de mi amada naturaleza, volví a ver hacia el precipicio y corrí lo más fuerte que pude hacia el saltando sin miedo, caí al menos setenta  metros girando sobre mi eje, y antes de tocar el suelo quede levitando y parte del polvo de las rocas se levantó  en ese momento, Araxiel ya estaba sobre el mar parado sobre el agua.

-no tengas más miedo, no te asuste si ves algo extraño en la orilla-

No comprendí hasta ver que dentro del agua habían miles de cuerpos nadando, forcejeando por poder salir a la superficie. Del cielo completamente nublado hasta donde tu mirada pudiera llegar salieron miles de truenos que se cruzaban unos a otros, esta luz se confundía con los rayos del sol que se hacían menos fuertes y el sol sufrió un eclipse donde solo se veía su corona de un gris lumínico.

Un rayo ilumino parte del rostro de Araxiel mientras le daba la espalda al pseudo sol, los cuerpos se acumulaban de miles en miles.

-no creas que allá en aquel mundo están todos los espíritus que han muerto, ese solo es uno de los miles de sitios donde los restos de las almas de los humanos descansan-

-¿qué almas son las que quedan atrapadas aquí en el mar del Astral?- pregunte viendo aquellos rostros luchando unos contra otros en la rojiza agua.

-esa respuesta tú la conoces, escucha tus pensamientos, no dejes que los milenarios conocimientos pasen en vano-

-entonces… aquí habitan todos los que han muerto ahogados- dije viéndole el rostro.

-así me gusta… ¡así me gusta!- dijo friamente

-¿Cuándo recuperaras todo tu poder?- le pregunte tan secamente que no creí poder  hacerlo nunca.

- no lo sé, eso está en ti y nada más que en ti-

Los truenos centellaban descontroladamente y muchos chocaban con el mar rojo. Sabía lo que él  quería que hiciera.

-no sabemos nada de lo que está más allá del sol… y ¿aun así quieres ir a ese plano del que no se tienen registros?-

-¿y porque no? Siempre quise saber que había más allá en el plano de la luz,como ahora sabrás  este es el astral, el sitio a donde los humanos se les ha permitido llegar tras el convenio de las deidades, esta el mundo de la desesperación al que ya fuiste, y ahora esta el plano de la luz

Entonces ya no habría que decir más, pero en mis memorias no encuentro como entrar a ese plano.

-si no sabes cómo… Mebael  fu el único que pude leer el ritual para entrar en el plano de la luz- dijo alistando su armadura.

recordé al Maestro Vampiro entre muchos de sus folios había uno que explicaba el proceso, pero todo se hacia negro desde ese instante.

-¿no se supone que  si él fue nuestro antecesor, los dos sabríamos como hacerlo?-

-tú crees que el maestro vampiro dejaría ese conocimiento a la vista de cualquiera de nosotros?... ¡no! él lo obligo a esconder el secreto de como llegar en el último rincón de su mente así que no hay de otra que hablar con el mimo-

Los espíritus se acumularon alrededor nuestro pero sin poder salir de la superficie del agua, ahora eran miles y miles quienes se retorcían.

Era hora de revivir su alma... cerré mis ojos, estire mis brazos y en mi nació esa llama, ese poder que me hacia una deidad, ese poder fue saliendo de mi piel y de mis cabellos, recordé su rostro, recordé su voz, recordé todos sus pensamientos y desee verlo con todo mi corazón, vi las muchas batallas que vivió, las muchas muertes que provoco, todas las personas que amo, todo cruzo por mi mente y mi cuerpo se envolvió por una llama purpura, trasmute su cuerpo con la energía de las almas que me rodeaban, y él fue materializándose poco a poco, primero su alma, para pasar a su cuerpo, sus ojos tomaba forma y sus cabellos crecían.

-nunca espere poder verte a ti maestra de maestras, poder del poder, y me das lástima porque mientras más sepas del mundo más sufrirás por este- dijo Mebahel al ver a Amy por primera vez 

- Mebael ¿sabes porque ella te convoco  a este momento?- dijo Araxiel poniéndole su brazo en el hombro de Mebahel.

-nadie puede llegar al plano de la luz y tú debes saberlo mejor que nadie… solo enfurecerás a la deidad de la luz-

-¡anda!  te lo pido yo- le dije sonriéndole

Él se quedó mirándome y se arrodilló ante mí.

-Lo que desees será mi voluntad, porque yo soy tú y tú soy yo, somos lo mismo… solo déjame volver a descansar y ya sabrás como hacerlo, pero os advierto podéis destruir este universo por romper el sagrado convenio de no ir jamás a ese mundo-

-se te es permitido volver a dormir- le dije mientras le alce su mirada con mi mano en su rostro, con esto su cuerpo volvió a ser energía que entro en mí.

-es hora de irnos Amy-

Asenté con mi cabeza y camine hacia el moribundo sol. Levante mis manos mientras caminaba y la corona del sol se volvió roja, el mar tomo la forma de cientos  estatuas de ángeles extendiendo sus alas, del mar salió una luz que creaba un sitio por donde caminar, con cada paso subíamos una escalera invisible cuyos peldaños brillaban con cada paso, mi aura volvió a crecer y pronuncie el idioma de los ángeles, el sol se detuvo y se abrió como una puerta mientras rezaba la oración que nos permitiría entrar, los ángeles tomaron vida propia y nos apuntaron con sus lanzas, ya notamos que nos dejarían pasar y antes de poder pestañear la luz de la puerta al plano de la luz brillo tanto que el mundo desapareció y nada más que luz había alrededor nuestro.




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