miércoles, 13 de febrero de 2013

El mundo del equilibrio 2 Capitulo 10 Miguel


El mundo del equilibrio 2

Capítulo 9

Miguel

Aquel mundo, la más hermosa existencia que podrías imaginar se mostró ante nosotros, Araxiel puso su espada sobre su hombro  cuando por fin  más y más ángeles bajaban del  cielo, de sus dedos aun goteaba sangre, que caía poco a poco humedeciendo varias de las flores silvestres que se movían con el cálido viento, yo me puse detrás de él pues me daba pavor que me pudieran hacer algo, mas era una simple ilusión pues aunque él  es inmortal yo no lo soy, de eso me di cuenta al ver mi sangre que emanaba de la herida en mi mejilla izquierda, eran seres de luz al fin y al cabo, aun no podía distinguir sus cuerpos pero se sentía aquel poder que emanaban, aunque era escalofriantemente poderoso, su luz era maravillosamente cálido, y cuando por fin llegaron al suelo, solo pude ver 12 fuentes de luz, una se  acercó lentamente hasta que se notó su poderoso andar, primero eran sus pies que crujían al caminar con gran estirpe, luego fueron viéndose sus hombreras y lentamente su rostro y su cuerpo se dejaron apreciar de entre los demás seres de luz que estaban detrás de él; Su Armadura era levemente parecida al difunto ángel que Araxiel mato sin compasión, pero… era está mucho más grande más imponente y despedía una leve aura que me daba escalofríos.

Araxiel le apunto con su propia espada pero el ángel levanto suavemente su brazo apuntándole, de esta forma bajo su dedo y Araxiel dejo de controlar su brazo bajado el arma al piso.

-¿ustedes también quieren morir? Grito Araxiel solemnemente

-no podrías aunque quisieras pues vos no sois nada ni nadie… aquel ángel que mataste solo era un simple explorador- decía suavemente con voz magnánima y llena de compasión.

-¿pues quién eres tú para decirme eso?- exclamo con tranquilidad.

-soy solo un siervo, tengo un nombre hijo mío… pero no sois tu con quien quiero hablar- 

Seguía caminando hacia nosotros con sus ojos cerrados, parecía una costumbre entre ellos de no mostrar sus ojos pero aun así su blancuzca aura me inquietaba y sin vacilar Araxiel  le volvió a apuntar a la cara, su espada estaba a pocos centímetros de su rostro.

-Vuestros ojos son gobernados por la misma sangre que os derramáis no solo en toda vuestra vida mortal, sino también la de muchos demonios e incluso un antiguo hermano mío, por eso vos no sois nadie para chocar vuestra espada con la mía pues… no eres tan poderoso como creéis, no, tu solo tenéis el poder que has adquirido en vuestra vida más te han abandonado los poderes de vuestros maestros y solo por esa razón la única que puede luchar contra mí es…-

Al terminar de hablar soplo la espada y con el aire que expulso el arma se desmaterializo al instante dejando a Araxiel perplejo, este siguió caminando y al ponerse frente a Amy él se le arrodillo.

-disculpad nuestra falta de educación, vosotros me llamáis  Miguel al igual que el padre, normalmente no salgo del reino pero él me pidió expresamente venir con vosotros al sentir que un hermano más partio de esta existencia e irse con la gran mente del padre.

Note  sus Plateadas plumas extenderse pidiendo perdón, me  cautivo su magnánimo poder  mientras pensaba muy bien mis palabras.

-discúlpame  miguel, yo soy la causante de todo esto, yo fui el que hablo en su idioma y abril a puerta de un mundo que está prohibido para nosotros- dije lo más arrepentida que pude

-eso ya no importa, pues pagareis las consecuencias  en su momento- dijo al erguirse y bajarle el rostro a los demás seres de luz que volvían uno a uno hacia el cielo.

Siguió caminando y nos pidió que lo siguiéramos, no sabíamos a donde pues en el horizonte solo había más y más pastos además algunas azules montañas se dibujaban en el cielo, Miguel seguía caminando con su crujiente armadura, su mano derecha siempre permaneció agarrada del mango de su enorme espada, aunque estábamos detrás de él sentía que estaba meditando y creo que era para saber qué hacer con nosotros.

-si el padre me trajo aquí es por algo… no sé si sea bueno o malo pero nada ni nadie debería llegar a este sitio-

-¿a qué te refieres? Dije con cautela

Miguel se quedó mirando las aves que se acicalaban sobre la rama de un árbol, y se quedó varios minutos sin decir nada, Araxiel no hacía más que quedarse callado y sentía en su alma que no debía, pues podría empeorarlo todo.

-¿Qué voy a hacer con ustedes..? el padre no me quiere decir nada.

-me lo imaginaba… tu padre es un incompetente ¿no que es todo poderoso y lo sabe todo? Entonces debería saber qué hacer con nosotros- dijo Araxiel  interrumpiendo la momentánea paz que se hacía sentir, los pájaros volarán asustados y el césped empezó a marchitarse.

Miguel hizo caso omiso a sus palabras mostrando un rostro de poca preocupación  volteo su rostro hacia nosotros y lentamente abrió sus Azules ojos.

-el problema está en que solo podeis entrar con su permiso- exclamo dulcemente

-¿entonces él ya sabía que vendríamos? Pregunte asustada

-al parecer si, y tome una decisión, es hora de que salgáis  de este laberinto mi señorita-

-¿laberinto? Pensaba que este era el  plano de la luz-

-esto que veis si es parte de este plano pero la verdad es que si no fuera por mí os quedareis aqui por la eternidad en un mundo infinito, pasarían milenios enteros recorriendo estos valles, montañas y desiertos, esto solo es parte de la imaginación del padre, ni más ni menos.

-¿y porque tu decisión?  ¿Porque dejarnos entrar al reino si no es permitido?-

-Araxiel es mejor que te calles, ella es algo divino como yo pero tú no, solo entraras porque tú y ella son lo mismo-

Me dio risa, por primera vez escuche que regañaban a Araxiel sin este poder decir algo.

Miguel Desenvaino su gigantesca espada y la penetro en el suelo, en ese instante los verdes pastos que rodeaban la espada se esfumaban como polvo y así siguió con todo lo que se podía ver, desde los arboles hasta las enormes montañas se esfumaron como polvo dejándose llevar por el viento, ahora aparecía una infinita muralla, Miguel alzo todo su poder, su blanca aura crecía y crecía con un poder casi ilimitado, la muralla se dejaba ver y en la parte más alta las nubes se mezclaban con el mármol del que estaba hecha. Ahora delante nuestro estaba esa gigantesca puerta.

-calma parece imposible de abrirle  y en realidad lo es pero para mí no existen imposibles-

Sus alas se incrustaron sobre la puerta el grito con todas sus fuerzas y abrió lentamente la increíblemente pesada puerta de rocas y mármoles. Cuando por fin pasamos el reino entero apareció ante nuestros ojos

No hay comentarios:

Publicar un comentario