Capitulo 3
Un nuevo camino
-Ahora que sabes de donde vengo tengo que enseñarte las consecuencias de la inmortalidad, y sé que aunque me dijiste gracias aquel momento que te quite la “vida” nunca te di la oportunidad de elegir si querías acompañarme en la belleza de la soledad o seguir tu vida profana- ella mientras le hablaba me miraba con esos ojos tan intensamente que en un instante salió de mi boca una leve sonrisa, me lance sobre ella y agarrándole el rostro le dije -¿tienes miedo?- jamás me dijo –¡pues deberías! ¡No has visto el horror del infierno en que ya te involucraste!
Poco a poco veras que las flores se marchitaran y como ellas también ¡tu familia! Todos tus amigos si es que esa palabra existe morirán y todo lo que sentías por este mundo se desvanecerá como ¡polvo sobre la tumba de un cementerio! Veras el hambre y la miseria del mundo y sé muy bien que eso es lo único que te llenara de ¡felicidad! Y lo sé muy bien yo siento eso cada vez que veo a un ignorante hablar sobre la ¡vida!
¡Ellos no saben que es la vida! ¡Solo saben lo que pueden ver sus limitantes y mortales ojos! Sueñan con un paraíso que ¡jamás han visto! Creen que el otro plano es el supuesto paraíso y ¿sabes qué? ¡No existe un paraíso! Este es el infierno y aquí se viene a sufrir, luchas por una vida que se te acabara en el momento que empiezas a vivirla y volverás a renacer de tus cenizas para seguir sufriendo desde un principio una y otras ves ¡por eso es que estoy aquí! Y aunque sé que no cambiare el destino de la humanidad por lo menos Salí de la ignorancia y ¡aquí estas tu! Que aunque no te pido que me agradezcas nada pues no espero eso y no me importa.
Y sin importar las frías y duras palabras que le dije, su rostro reflejaba que tampoco le importa si la vida es buena o si la vida es una maldición la volví a garrar de su mano y sin decir nada volvimos a caminar.
Al llegar a un pequeño pero muy frio cementerio el rostro de mi nueva acompañante mira con terror otra de las características de estar atrapado entre los planos, un simple demonio, comiendo el espíritu de un caído, como buen demonio expulsaba la fetidez de un cuerpo en descomposición y aunque la mayoría de la humanidad piensa que este plano nuestro cuerpo toma la forma espiritual. pero tal cosa no existe somos idénticos: -¿qué le hace? – Me pregunto – se come sus entrañas. Mientas lo mantiene atrapado y así poder comérselo por toda la eternidad si le place-. le dije
alrededor nuestro una espesa neblina nos cubría, el sol en su moribundo estado creaba un tono azulado a nuestro alrededor y era lo único que nos dividía de aquel demonio en su eterna gula.
Ven te mostrare algo. Le dije. Acercándonos a una vieja lapida con el nombre de Eleonora -Ellla la reconoció al instante –es mi abuela- “te daré el gusto que ningún mortal podrá disfrutar” agarrando la tierra debajo de la lapida grite “- o Leonora tu que has caído bajo el brazo de la muerte y sé que estas atrapada en este condenado y frio mundo del que nunca te libraras he traído a un ser que tal vez amarias te convoco con mi sangre ven a mi espíritu!” cortando mi muñeca para sacar una buena parte de mi sangre traje al moribundo espíritu. Como esperaba era solo una anciana. –“¿quién eres tú? ¡Mi pequeña hija!” le pregunto. abuela mi compañero fue el que te llamo. – vengo para que le digas la verdad a tu nieta dije -¿Qué verdad?- me dijo ella -¡anda díselo!- le grite O te encadenare al demonio que esta allá del otro lado del cementerio- “jamás!- dijo Ya bastante he pagado por mi error además la amo demasiado para que sepa la verdad” además ¿Qué te ha pasado? te ves pálida y sin vida –yo la quite de la ignorancia- le dije anda dile de tu pecado .
-Ahora que sabes de donde vengo tengo que enseñarte las consecuencias de la inmortalidad, y sé que aunque me dijiste gracias aquel momento que te quite la “vida” nunca te di la oportunidad de elegir si querías acompañarme en la belleza de la soledad o seguir tu vida profana- ella mientras le hablaba me miraba con esos ojos tan intensamente que en un instante salió de mi boca una leve sonrisa, me lance sobre ella y agarrándole el rostro le dije -¿tienes miedo?- jamás me dijo –¡pues deberías! ¡No has visto el horror del infierno en que ya te involucraste!
Poco a poco veras que las flores se marchitaran y como ellas también ¡tu familia! Todos tus amigos si es que esa palabra existe morirán y todo lo que sentías por este mundo se desvanecerá como ¡polvo sobre la tumba de un cementerio! Veras el hambre y la miseria del mundo y sé muy bien que eso es lo único que te llenara de ¡felicidad! Y lo sé muy bien yo siento eso cada vez que veo a un ignorante hablar sobre la ¡vida!
¡Ellos no saben que es la vida! ¡Solo saben lo que pueden ver sus limitantes y mortales ojos! Sueñan con un paraíso que ¡jamás han visto! Creen que el otro plano es el supuesto paraíso y ¿sabes qué? ¡No existe un paraíso! Este es el infierno y aquí se viene a sufrir, luchas por una vida que se te acabara en el momento que empiezas a vivirla y volverás a renacer de tus cenizas para seguir sufriendo desde un principio una y otras ves ¡por eso es que estoy aquí! Y aunque sé que no cambiare el destino de la humanidad por lo menos Salí de la ignorancia y ¡aquí estas tu! Que aunque no te pido que me agradezcas nada pues no espero eso y no me importa.
Y sin importar las frías y duras palabras que le dije, su rostro reflejaba que tampoco le importa si la vida es buena o si la vida es una maldición la volví a garrar de su mano y sin decir nada volvimos a caminar.
Al llegar a un pequeño pero muy frio cementerio el rostro de mi nueva acompañante mira con terror otra de las características de estar atrapado entre los planos, un simple demonio, comiendo el espíritu de un caído, como buen demonio expulsaba la fetidez de un cuerpo en descomposición y aunque la mayoría de la humanidad piensa que este plano nuestro cuerpo toma la forma espiritual. pero tal cosa no existe somos idénticos: -¿qué le hace? – Me pregunto – se come sus entrañas. Mientas lo mantiene atrapado y así poder comérselo por toda la eternidad si le place-. le dije
alrededor nuestro una espesa neblina nos cubría, el sol en su moribundo estado creaba un tono azulado a nuestro alrededor y era lo único que nos dividía de aquel demonio en su eterna gula.
Ven te mostrare algo. Le dije. Acercándonos a una vieja lapida con el nombre de Eleonora -Ellla la reconoció al instante –es mi abuela- “te daré el gusto que ningún mortal podrá disfrutar” agarrando la tierra debajo de la lapida grite “- o Leonora tu que has caído bajo el brazo de la muerte y sé que estas atrapada en este condenado y frio mundo del que nunca te libraras he traído a un ser que tal vez amarias te convoco con mi sangre ven a mi espíritu!” cortando mi muñeca para sacar una buena parte de mi sangre traje al moribundo espíritu. Como esperaba era solo una anciana. –“¿quién eres tú? ¡Mi pequeña hija!” le pregunto. abuela mi compañero fue el que te llamo. – vengo para que le digas la verdad a tu nieta dije -¿Qué verdad?- me dijo ella -¡anda díselo!- le grite O te encadenare al demonio que esta allá del otro lado del cementerio- “jamás!- dijo Ya bastante he pagado por mi error además la amo demasiado para que sepa la verdad” además ¿Qué te ha pasado? te ves pálida y sin vida –yo la quite de la ignorancia- le dije anda dile de tu pecado .
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