martes, 12 de julio de 2011

El mundo del Equilibrio Capitulo 4

Capitulo 4
recuerdos de una hechicera

como buen practicante del arte prohibido sabes muy bien y conoces todos mis pensamientos pero aun no sé el porqué de tus razones para practicar con las artes malignas; aunque... Yo… también tuve en vida esa hambre, oh ¡hace muchísimos años! creo que ver a mi bella nieta solo sería un producto de mi imaginación y verla aquí, me alegra y me entristece como la estás haciendo pagar el precio de la verdad.

En mi antigua juventud era muy bella, e incluso angelical pero por dentro era solo un cadáver andante, naci con una maldición… los rostros de los que me rodeaban mostraban sus pecados convirtiendo lo que para ti seria un bello perfil en demonios queriéndome absorber mi vida. Por las noches en mis sueños visitaba este plano pero inclusive más allá donde la esperanza está perdida.

Los horrores que azotaban mi joven vida no tenia fin y todas las malditas noches sentía el fuego del infierno quemándome eternamente hasta que por fin lograba despertar de aquel sueño... si es que lo era. A los 20 años decidí ir por la castidad a ver si mi dios por fin me libraba de mi agonía... Pero esa fue la peor decisión  que pude tomar, ahora no solo veía las caras como simples demonios sino también podía ver sus pecados. Las monjas con sus depravados deseos de poder sentir placer y para controlarlos veía a través de su mente como se flagelaban hasta el punto de gotear sangre a través de sus heridas. No podía soportar ver a las personas que más admiraba involucrarse en situaciones   tan pecadoras y perturbadoras, así que huy del convento; tome la decisión de olvidar mi pasado y como dicen si no puedes contra ellos úneteles.

Deje que todos mis sufrimientos tomaran mi corazón que aun no quería aceptar que la única forma de aliviar mi dolor seria usándolo pero no todo el tiempo para buenos fines, aunque ya había leído sobre el tema la nigromancia me parecía muy exagerado así que me retire a un poblado que en ese tiempo era de esclavos provenientes del sur de áfrica, aunque yo llegue pensando que me rechazarían, extrañamente ya me estaban esperando como si ya sabían que yo vendría a este marginado sitio. y ante mi horror pude observar uno de sus rituales, solo recordar ese momento me da nauseas, mientras usaban un cuerpo como una ofrenda, cada persona le quitaba una parte del cuerpo que luego me explicaron el porqué. Si le arrancas una parte puedes llevarte su fortaleza y sus conocimientos según la parte del cuerpo y luego devorársela; un joven le quito al cadáver que se situaba en el centro del ritual sus genitales para luego comérselos crudos, yo por supuesto sentía el horror que cualquier persona normal sentiría, el hedor de su sangre invadía toda la zona. un hombre viejo que parecía un hechicero dijo que el cadáver de aquel hombre era su maestro y que el que devorara su cerebro se llevaría todos sus conocimientos, pero extrañamente cuando él dijo esas palabras todos quedaron mudos, nadie quería ni siquiera acercarse.

El viejo hombre le destrozo la cabeza para luego ofrecérmela, suponía que era el más grande honor y no quería ofenderlos y tratando de no vomitar lleve un pedazo a mi boca. Como desearía que eso nunca pasara, toda su vida todo su dolor y sus conocimientos llegaron a mi mente como la más horrible pesadilla, sus pecados y todas la abominaciones que hizo en su larga vida, todos esos conocimientos llegaron como si yo continuara su horrible existencia, y así como huy del convento trate de huy de aquel lugar pero no podía ver, ¡estaba cegada!

Corriendo sin saber a dónde me dirigía entre en la espesura y al llegar la luz del día poco a poco mis ojos podían observar mi alrededor. Aun no podía entender lo que me estaba ocurriendo, mirando mis manos sentí la necesidad de usar todo lo que aprendí. Aunque no sabía dónde me encontraba; a pesar de que el pequeño y marginado pueblo que se encontraba a poca distancia de donde me encontraba, ya conocía a la perfección donde estaba y decidí ir caminando hasta llegar a un sitio más civilizado. Sentía algo dentro de mí, una necesidad. sentía que mi cuerpo se llenaba de una energía que nunca había sentido, no era humano, ahora entendía mi extraña maldición, eliminar el mal de las personas aunque destruya la mía. Y si alguien se encontraba en mi camino pues debe morir.

Pasaron muchos años después de eso y mientras transcurría mi vida fui experimentando con mi nuevo ser, y ¡me sentía feliz como nunca! Podía controlar mi odio y así como el todos mis sentimientos y aprendí a aceptar mi maldición, Conocí a un buen hombre se llamaba Simon, sabía que él, sería el amor de mi vida ya que su rostro permanecía humano, no podía ver sus pecados y ver su linda sonrisa hizo creer que nunca volvería a usar mis conocimientos, pues como en todas las lamentaciones que ocurrieron en mi juventud también ocurrió otra vez, una mujer se le acercaba muy humildemente y trataba de tener una conversación amistosa con él y por supuesto no me parecía gran cosa hasta que puede ver sus ojos directamente. Solo una palabra describía lo que pude ver a través de sus oscuros ojos “demonio” ella había matado a sus tres hijos y uno de ellos era una inocente niña, mientras la descuartizaba recolecto su sangre para luego bebérsela en el acto más diablesco que se puede imaginar, en ese momento a pareció su esposo y ella en un acto automático le quito la vida también para luego reírse a carcajadas.

Ese deseo que me dominaba hace mucho tiempo renació dentro de mí, fui corriendo hasta mi casa, tomando un envase mescle mi sangre maldije y desee la muerte a esa mujer y en efecto a los pocos días se le encontró muerta en medio de la calle desmembrada y semi devorada por un gran animal, que nadie podía explicar ya que ninguno de ese tipo existía en la zona. Ese día me volví esclava de la seducción de las artes oscuras, y aunque me case con el único hombre que me daba felicidad, dentro de mí, me quemaba al solo pensar en las atrocidades que seguí haciendo en mi vida.

Luego de tener mi primer hijo creí que nunca pagaría por las monstruosidades que seguí haciendo ocultas a través de mi angelical sonrisa. Pasaron muchísimos años después de mi primer pecado y sabia que en cualquier momento todo, el mal que hice se devolvería a mí y lo aceptaba, sabía que tenía que pagar por todo esto pero… nunca me imagine la forma en que sucedería.

una mañana de de abril mientras le llevaba algo de comer a <span> </span>Simon, mi alma se lleno de horror cuando pude ver su rostro desfigurado, como si él y su corazón de llenaban de un profundo odio y dentro de su mente solo una idea rondaba “matar a mi familia y luego suicidarme”… no podía creer lo que estaba viendo a través de su mente, si lo hacía seria él, el que existiría solo en la más grande agonía que se pudiera experimentar en el otro plano tanto que sería el mismísimo infierno, ese era mi pago ver al ser que ame por toda mi vida, el seria el que pagara por mí, ¡yo soy el que tiene que pagar no el! Y antes que el pudiera hacer algo fui a la cocina tome algo de veneno y lo lleve a mi boca y así sufrir una horrible muerte, envenenada, todo sea por ver a mi familia fuera de los horrores que yo experimentaría por toda la eternidad.

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